La administración de Donald Trump anunció la creación de una nueva zona de defensa en la frontera sur de Estados Unidos, específicamente en el paso fronterizo de Nuevo México, como parte de una estrategia para enfrentar la migración irregular y el tráfico de drogas. Esta acción contempla el uso de más de 270 kilómetros de tierras federales que ahora estarán bajo control del Departamento de Defensa.
La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, detalló que el objetivo es fortalecer las capacidades para detectar e interceptar a personas que cruzan sin autorización, así como a grupos delictivos que operan en la región. También aseguró que esta medida busca contrarrestar lo que calificó como años de inacción durante el mandato de Joe Biden.
El anuncio se suma a la reciente decisión de la gobernadora Michelle Lujan Grisham, quien desplegó a la Guardia Nacional en apoyo al Departamento de Policía de Albuquerque. La medida fue justificada por el aumento de delitos asociados a jóvenes y la expansión del consumo de fentanilo en comunidades locales.
Ambas acciones reflejan una creciente militarización de la frontera sur estadounidense, en un momento donde el control migratorio y la seguridad interior se posicionan nuevamente como temas prioritarios en el discurso político de cara a las elecciones presidenciales de 2026.
