Cuidar de la salud mental es tan importante como atender la salud física, sin embargo, aún existen prejuicios que impiden a muchas personas buscar ayuda profesional. Acudir con un psicólogo o un psiquiatra puede marcar una gran diferencia, dependiendo del tipo de problema que se enfrente.
El psicólogo se especializa en comprender el comportamiento, las emociones y los procesos mentales, y trabaja mediante terapia. Existen distintas corrientes como la Terapia Cognitivo-Conductual, Gestalt, Psicoanalítica o Sistémica, entre otras, que se adaptan a las necesidades del paciente.
Por otro lado, el psiquiatra es un médico que estudió una especialidad en salud mental, lo que le permite diagnosticar trastornos como esquizofrenia, trastorno bipolar o depresión mayor, y además prescribir medicamentos como antidepresivos o ansiolíticos.
La diferencia principal es que el psiquiatra puede medicar y el psicólogo no, aunque muchas veces ambos trabajan en conjunto para brindar un tratamiento integral.
Dar el primer paso hacia la atención psicológica o psiquiátrica no es un signo de debilidad, sino una muestra de autocuidado. Reconocer que se necesita ayuda y saber con quién acudir es fundamental para prevenir que un malestar emocional escale a un padecimiento mayor.
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