Por Redacción Contra Réplica

Madre Tierra al límite: urgencia climática marca el 22 de abril

El Día Internacional de la Madre Tierra llega en medio de récords alarmantes por sequía, incendios y violencia contra defensores ambientales en México y el mundo.

En un contexto de sequías extremas, incendios forestales sin precedentes y ataques sistemáticos contra quienes protegen los ecosistemas, el próximo 22 de abril se conmemora el Día Internacional de la Madre Tierra, una fecha que llama a repensar de forma urgente nuestra relación con el planeta. Instituida por la ONU en 2009, esta efeméride cobra especial relevancia ante los datos críticos que revelan una aceleración de la crisis climática global.

De acuerdo con el Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM, el 40% de la población mundial vivió su año más cálido en 2024. Ese mismo año, por primera vez, la temperatura media global superó los 1.5 °C de aumento respecto a la era preindustrial, una barrera clave establecida por el Acuerdo de París. En México, el aumento fue aún más alarmante: 2.14 grados, acompañado de una sequía histórica que afectó al 89.58% del país en mayo pasado.

Las consecuencias no se hicieron esperar. Los incendios forestales devastaron 16 mil 722 km² del territorio nacional, un 341% más que en 2020, afectando casi el 1% del país. Aunque las lluvias posteriores aliviaron temporalmente la crisis hídrica, los extremos climáticos aumentaron los riesgos para la población, como se evidenció con el paso del huracán John en Guerrero y eventos similares en otras partes del mundo.

A esto se suma otro fenómeno preocupante: la creciente violencia contra defensores del medio ambiente. Según el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), 2023 fue el segundo año más violento contra activistas ambientales en México, con 123 ataques y más de mil personas afectadas. El 57.7% de las víctimas fueron integrantes de pueblos indígenas, y en casi la mitad de los casos, el agresor fue el propio gobierno.

México ocupa ya el tercer lugar mundial en letalidad contra defensores ambientales, con 203 asesinatos en la última década, de acuerdo con la organización Global Witness.

Ante este panorama, expertos y activistas llaman a dejar atrás las soluciones paliativas. Urgen acciones estructurales que incluyan a comunidades campesinas e indígenas como actores clave en la defensa del territorio, y que promuevan nuevos modelos de producción y consumo más justos y sustentables.

La conmemoración de este 22 de abril no es solo un recordatorio: es un llamado a la acción colectiva frente a una crisis que compromete el presente y futuro de la humanidad.