Aunque muchas personas mantienen el Bluetooth de sus celulares encendido por comodidad, esta práctica puede exponerlos a un riesgo poco conocido pero serio: el bluesnarfing, un tipo de ataque cibernético que permite a terceros acceder sin permiso a información almacenada en el dispositivo.
Este método funciona a través de una vulnerabilidad en el protocolo OBEX, utilizado por Bluetooth para el intercambio de archivos. Al no contar con una autenticación sólida, como un PIN obligatorio, puede convertirse en una puerta de entrada para los ciberdelincuentes. Lo más alarmante es que estos ataques no generan notificaciones ni alertas visibles: el usuario puede ser víctima sin darse cuenta.
Entre los datos que pueden robarse están contraseñas, correos electrónicos, mensajes, fotografías, información bancaria y de geolocalización, todo con solo tener el Bluetooth encendido y al atacante a corta distancia. El bluesnarfing aprovecha esta señal abierta para conectarse al dispositivo mediante software especializado, evitando las tradicionales solicitudes de emparejamiento.
Expertos en ciberseguridad recomiendan apagar el Bluetooth cuando no se esté utilizando, desactivar el modo visible del dispositivo, rechazar conexiones desconocidas y mantener actualizado tanto el sistema operativo como las aplicaciones. También se sugiere activar la autenticación en dos pasos y utilizar contraseñas seguras.
Curiosamente, el nombre “Bluetooth” proviene de Harald Blåtand, un rey danés del siglo X que unificó regiones de Escandinavia, y cuyo sobrenombre significa “diente azul”. Su legado inspiró a desarrolladores de Intel, Nokia y Ericsson a bautizar así esta tecnología, cuyo logo actual está basado en runas vikingas que representan sus iniciales.
Adoptar hábitos simples como apagar el Bluetooth cuando no se usa puede prevenir pérdidas de datos y proteger la privacidad en un entorno digital cada vez más expuesto.