A partir de que se abrió la convocatoria este lunes, 21 de abril, la Secretaría de Desarrollo Social y Regional (Sedesore) estuvo abarrotada de mujeres y amas de casa en la capital, que esperaban su turno para inscribirse al programa, Tu Casa Tu Apoyo del Gobierno del Estado. Bajo una calurosa tarde de este miércoles, Daniela del Carmen Rocha y su suegra, esperaban con sombrilla en mano, la fila para formar un patrimonio; en una situación que para ellas ya es desesperada.
Daniela tiene cinco años rentando un departamento en la colonia, Prados de San Vicente, segunda sección. Con el sueldo de su esposo, que es electricista particular, guarda sus ingresos para subsistir una renta de cinco mil pesos mensuales. Sin embargo, vive con la constante preocupación de que un día, los desocupen del edificio. Porque, aunque no es suyo en propiedad; advierten que le han invertido tiempo y dinero.
"Antes vivía con mi suegra, pero ella también rentaba y pues ahora sí que cada quien para su lugar, ella también a rentar. Soy ama de casa, mi esposo es electricista... Lo que a veces nos muela es el depósito que piden. Rentan las casas en cinco mil pero piden depósito de la misma cantidad. Y es donde uno dice pues de dónde voy a sacar la otra mitad", señaló.
La crisis de vivienda es un malestar general para todo México, encarecido principalmente por la brecha de costos que implican rentar, comprar o construir una casa con condiciones dignas. En San Luis Potosí, la Secretaría General de Gobierno informó que la necesidad de inmuebles asciende a 130 mil unidades habitacionales. Donde además, la zona centro y el Altiplano, son los más afectados.
Como otros cientos de miles, la familia de Daniela y sus parientes políticos, no tienen a dónde ir una vez que se les pide que entreguen un edificio. Sin embargo, la demanda de rentas sigue elevándose, al tiempo que sus cuotas son cada vez más abusivas, comparadas con la calidad de vida que ofrecen a sus inquilinos.
A 20 minutos en carro del Centro Histórico, Daniela señaló que tardó más de una hora en llegar desde Prados a su destino pues el camión urbano, Ruta 09, que normalmente usa, no pasaba. No obstante, el transporte no es el principal de sus problemas. En cambio el agua sí lo es, pues las pipas no llegan a todas las colonias. Así como también mencionó, que las instalaciones de luz eléctrica en los condominios, pueden llegar a ser lamentables.
"A mí me ha tocado que supuestamente cuando rentan, arreglan la luz pero dicen que no va a cuenta de la renta. Y es donde dices, oyes pero si estás rentando una casa tiene que venir con los servicios estables y no, ellos no perdonan eso... Nosotros arreglamos para que ellos lo renten un poco más caro", señaló.
El mismo caso sucede con su suegra, Rumualda Ojeda Loredo, quién desde hace 15 años vive en la misma colonia. Pero tampoco tiene casa propia.
"Ojalá que sí nos cuaje, porque yo ya tengo tres meses para desocupar la casa. Porque ya me la pidió la dueña. Yo ahorita tengo como unos 23 años rentando... La casa ahorita donde estoy tenía muchos desperfectos, ya nomás la arreglamos y ya. Era de cinco mil pesos cada mes, échele. No tenía la instalación de la luz bien, la cañería estaba toda tapada, tuvimos que pagar porque nos la destaparan", señaló.
Después de tantos años, la retribución de Rumualda al arrendador, asciende a 900 mil pesos, solo de renta. Y en tres meses, tras formar parte de sus ingresos formales en más de una década; la dueña, se despide de los inquilinos, que más que establecerse, formaron un hogar ahí.
Sin embargo y para los curiosos, existe una duda, ¿por qué Daniela y Rumualda no se compraron una casa propia en tantos años? La respuesta es tan complicada como la maraña entre la política inmobiliaria y la política de vivienda en México. Según lo califica la periodista, Viri Ríos, en su libro Así no es.
Desde 2005 a la fecha, la Sociedad Hipotecaria Federal calculó que el valor habitacional aumentó más del 225 por ciento. Hoy, aunque en San Luis Potosí, el precio de vivienda varía según la zona; el promedio de precio de una casa pequeña de 25 metros cuadrados, es de un millón, 193 mil, 715 pesos mexicanos. Es decir, más de lo que, Rumualda pudo haber juntado, sin casa, en 15 años.
"Que me den de perdido una casa, aunque se esté cayendo, para poderme meter, porque estoy que ya ando buscando. Ya en lugar de estar levantando otra, pues ya levantar el patrimonio de uno", señaló.
Las filas en la Sedesore se hacen más largas y, en el marco de emergencia de nuevas políticas de redistribución de la riqueza, antiguos monopolios y territorio; es urgente que programas como Tu Casa Tu Apoyo, en el ámbito estatal, garanticen un universo cada vez más reducido de personas sin techo y moradas en condición de rezago.
Que los habitantes puedan aspirar a más, que solo, tres habitaciones y un baño en sus casas o departamentos; como mínimo para desarrollar una calidad de vida satisfactoria. Y que los precios de las rentas se regulen conforme a un tope en los ingresos mínimos. Para que así, como en Así no es, se cambie el contexto de que este derecho, actualmente solo es para el 20 por ciento de la población mexicana, más rica.