Para los pueblos originarios de México, portar la vestimenta tradicional no es solo una costumbre: es un acto de resistencia. Así lo sostiene Lilian Dolores Chel Guerrero, ingeniera química industrial con doctorado en ciencias de los alimentos y biotecnología, quien orgullosamente defiende sus raíces mayas desde Conkal, Yucatán. "Es una forma de decir: ‘aquí estamos; nos quisieron obligar, pero no desaparecimos’", afirma.
Chel, junto a otras integrantes de la Red de Mujeres Indígenas en la Ciencia AC, emitió recientemente un pronunciamiento contra el extractivismo cultural. Denuncia que elementos fundamentales de las culturas originarias como la lengua, la comida y los textiles son convertidos en mercancías por intereses ajenos a las comunidades. “Nuestra cultura se compra y se vende de acuerdo con un criterio externo que le arrebata su verdadero valor”, señala el documento.
Un ejemplo que critica es el caso de una programadora que incorporó el náhuatl al traductor de Google, lo que para Chel representa una apropiación indebida de una lengua que pertenece a todo un pueblo. “Se trata de una nueva forma de colonialismo”, afirma, señalando que lo mismo ocurre con los bordados y diseños indígenas que hoy son reproducidos sin reconocer ni beneficiar a sus autores.
La científica también advierte sobre el riesgo de que las nuevas generaciones se alejen de su identidad por seguir modas ajenas. Aunque celebra las políticas recientes que promueven el renacimiento maya en Yucatán, considera que es fundamental que estas iniciativas vayan acompañadas de una conciencia real sobre lo que significan las vestimentas tradicionales, tanto en lo material como en lo espiritual.
Finalmente, lamenta no haber aprendido de su abuela el arte del bordado, una ruptura generacional que atribuye a la discriminación que históricamente ha sufrido la población indígena. “Tuve que renunciar a mi cultura para poder estudiar. Hoy, con orgullo, la estoy recuperando”, concluye Chel, quien representa una voz firme frente al despojo cultural y una inspiración para el renacimiento de las raíces indígenas.