En una jugada diplomática sutil pero efectiva, el Vaticano logró reunir cara a cara a dos figuras en conflicto: Donald Trump y Volodímir Zelenski. El encuentro sucedió dentro de la Basílica de San Pedro, en medio de las exequias del papa Francisco, mientras miles de fieles se congregaban en la Plaza de San Pedro.

Aunque Trump viajó a Roma oficialmente para despedir al pontífice —con quien compartía escasos puntos de vista en el ámbito social—, su estancia en la Santa Sede sirvió también para abordar asuntos de alto calibre, como el conflicto en Ucrania y la disputa global por las tierras raras, recursos esenciales para la tecnología y la industria militar.

Zelenski, que ya llevaba varios días buscando una nueva reunión con el expresidente estadounidense, aprovechó la ocasión para discutir las posturas de Washington ante la invasión rusa. La reunión informal dejó entrever el delicado tejido diplomático que el Vaticano sabe hilar aún en los momentos más solemnes.

Aunque no se ha informado oficialmente sobre acuerdos o avances concretos, la simple imagen de ambos líderes compartiendo el mismo espacio envía un poderoso mensaje en tiempos de incertidumbre internacional.