En un discurso cargado de llamados a la paz y la reconciliación, el papa León XIV exhortó a los líderes internacionales a entablar negociaciones urgentes que pongan fin a los conflictos armados que afectan diversas regiones del mundo. “La guerra nunca es inevitable, las armas pueden y deben callar”, afirmó ante una multitud reunida en el aula Pablo VI del Vaticano con motivo del Jubileo de las Iglesias orientales.
Frente a representantes de comunidades cristianas provenientes de zonas golpeadas por la violencia, como Siria, Ucrania, Líbano e Irak, el pontífice reiteró su compromiso con la paz global y aseguró que la Santa Sede está dispuesta a facilitar encuentros entre partes enfrentadas. “Estamos disponibles para que los enemigos se miren a los ojos y devuelvan a sus pueblos la esperanza y la dignidad de la paz”, expresó.
El mensaje del papa cobra especial relevancia en la víspera de la reunión que se celebrará en Turquía entre delegaciones de Rusia y Ucrania. Aunque el presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha mostrado disposición a un diálogo directo, su homólogo ruso, Vladímir Putin, aún no ha confirmado su participación en el encuentro bilateral.
Durante su intervención, León XIV recordó el sufrimiento acumulado en distintas partes del mundo, desde Tierra Santa y el Cáucaso hasta Tigray y Medio Oriente. “¡Cuánta violencia sobre tantas vidas jóvenes!”, lamentó, al tiempo que subrayó que la Iglesia seguirá alzando la voz contra la guerra.
También dedicó un pensamiento especial a los cristianos que resisten en sus comunidades de origen a pesar de la adversidad. “Deben tener la posibilidad, con hechos y no solo con palabras, de permanecer en sus tierras con garantías para una vida segura”, dijo.
Finalmente, instó a rechazar las narrativas que simplifican los conflictos dividiendo al mundo en bandos opuestos. “Quien siembra la paz pasará a la historia, no quien cosecha víctimas”, concluyó.