El presidente Donald Trump lanzó una advertencia directa a Apple, anunciando que la empresa enfrentará un arancel del 25 por ciento si no traslada la fabricación de sus productos a Estados Unidos. El mensaje, difundido en su red social Truth Social, exigió que los iPhones vendidos en territorio estadounidense sean fabricados y ensamblados dentro del país, descartando otros lugares como India.

La reacción en los mercados no se hizo esperar: las acciones de Apple, con sede en Cupertino, California, cayeron más del 3 por ciento en las operaciones previas a la apertura de la bolsa de Nueva York, reflejando la incertidumbre ante posibles repercusiones económicas para la compañía.

En febrero, Apple anunció una inversión millonaria de 500 mil millones de dólares para establecer manufacturas nacionales de productos tecnológicos, un movimiento que buscaba apaciguar las tensiones con la administración Trump, quien ha impulsado una política agresiva para que las grandes empresas tecnológicas retornen su producción a suelo estadounidense. Sin embargo, a pesar de estos compromisos, el mandatario volvió a expresar su insatisfacción.

Esta amenaza se da justo cuando Trump también elevó la tensión con la Unión Europea, anunciando la posible imposición de un arancel del 50 por ciento a todos los productos europeos a partir de junio, al argumentar que las negociaciones con Bruselas están estancadas. Apple, por su parte, ha advertido que los aranceles actuales podrían incrementar sus costos en aproximadamente 900 millones de dólares el próximo trimestre, afectando sus finanzas y posiblemente sus precios para los consumidores.