En medio de la escalada militar entre Israel e Irán, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó abierta la posibilidad de implementar acciones contundentes contra el programa nuclear iraní si Teherán no detiene sus actividades de enriquecimiento de uranio. Según fuentes de su equipo de seguridad nacional, el mandatario evalúa intervenir directamente en instalaciones clave, incluida la planta subterránea de Fordow, en una medida que marcaría un giro decisivo en la postura estadounidense.
Durante una reunión en la Casa Blanca con altos funcionarios de defensa, Trump habría insistido en la necesidad de alcanzar un “fin definitivo” al conflicto y no conformarse con una tregua temporal. La decisión se produce luego de que Israel intensificara sus ataques sobre territorio iraní, dejando un saldo significativo de víctimas, entre ellos figuras del alto mando militar iraní y varios científicos vinculados al programa nuclear.
La tensión internacional aumentó luego de que el ejército israelí informara sobre la eliminación de Ali Shadmani, un comandante cercano al líder supremo iraní, y llevara a cabo ataques simultáneos a infraestructura militar crítica en varias regiones del país. Estos hechos han paralizado servicios esenciales como la banca y las telecomunicaciones en Irán, generando incertidumbre en la población y provocando reacciones globales.
Diversos actores internacionales, incluido el G7 y la cancillería china, han instado a la moderación y condenado la posibilidad de una intervención directa por parte de Estados Unidos. Sin embargo, Trump reiteró que está dispuesto a actuar si el régimen iraní no demuestra voluntad de frenar su programa atómico. El mandatario también advirtió que no descarta medidas excepcionales para garantizar la seguridad en la región, aumentando así la presión sobre Teherán en uno de los momentos más volátiles del escenario geopolítico reciente.