Un prototipo del cohete Starship, desarrollado por SpaceX, explotó durante una prueba de rutina en las instalaciones de la empresa ubicadas en Starbase, Texas. El incidente, registrado por cámaras de vigilancia, generó una potente explosión, aunque sin dejar personas heridas, confirmaron autoridades locales.
La explosión ocurrió cuando el cohete permanecía anclado a su plataforma como parte de una prueba estática, procedimiento que no contempla el despegue del vehículo. Pese a la magnitud del estallido, se había establecido una zona de seguridad en torno al sitio, lo que permitió mantener al personal fuera de peligro.
La empresa liderada por Elon Musk explicó que la anomalía se produjo mientras el Starship 36 se preparaba para futuras pruebas de vuelo. Tras el incidente, SpaceX indicó que sus equipos trabajan en la inspección del área afectada, en coordinación con autoridades del estado, con el objetivo de asegurar el entorno.
El propio Musk, a través de su red social, minimizó el incidente calificándolo como un “rasguño”, en referencia al impacto que tendría en el programa de desarrollo. La compañía no ha dado a conocer aún si este contratiempo alterará su cronograma de lanzamientos previsto para este año.