Este viernes 20 de junio, un sismo de magnitud 5.1 sacudió el norte de Irán, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El epicentro se ubicó a 37 kilómetros al suroeste de la ciudad de Semnán y se registró a una profundidad de 10 kilómetros.
El evento sísmico ocurrió en un momento de tensión regional, en medio del conflicto entre Irán e Israel, lo que generó una rápida atención por parte de medios nacionales e internacionales. No obstante, las autoridades iraníes confirmaron que no se reportaron víctimas ni daños significativos.
Diferentes organismos ofrecieron cifras ligeramente distintas. La agencia estatal IRNA indicó que el temblor causó solo “daños mínimos”, mientras que la agencia de noticias Tasnim reportó una magnitud de 5.2. Por su parte, la televisión estatal iraní señaló que el movimiento alcanzó los 5.5 grados y afectó principalmente a la ciudad de Sorjé, en la provincia de Semnán.
A pesar de la variación en las estimaciones, todos los informes coinciden en que el sismo fue perceptible en Teherán, capital del país, ubicada a unos 150 kilómetros del epicentro, aunque sin consecuencias mayores.
Irán se encuentra en una zona de alta actividad sísmica debido a su ubicación en el límite de varias placas tectónicas. Este tipo de movimientos son relativamente frecuentes, aunque no siempre tienen impacto significativo.
Las autoridades locales y los cuerpos de emergencia realizaron revisiones de rutina en infraestructura y viviendas, descartando afectaciones graves. Asimismo, recordaron a la población la importancia de contar con planes de emergencia ante futuros eventos de mayor intensidad.
Hasta el momento, no se han registrado réplicas considerables y la situación en la región se mantiene bajo vigilancia.