El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitió un contundente mensaje desde la Casa Blanca tras el bombardeo aéreo a tres instalaciones nucleares estratégicas en Irán. Calificó la operación como un “éxito militar” y aseguró que fue una respuesta necesaria ante el riesgo que representa el programa atómico iraní.

Durante su declaración oficial, Trump fue enfático al señalar que la intervención busca impedir que Teherán avance en el desarrollo de armamento nuclear. “Habrá paz o habrá una tragedia”, advirtió el mandatario, acompañado por altos mandos del Pentágono y miembros de su gabinete de seguridad nacional.

Las instalaciones atacadas —Fordow, Natanz e Isfahán— forman parte del corazón del programa nuclear iraní. Según Trump, fueron “objetivos destruidos con precisión quirúrgica”, como parte de una estrategia para disuadir cualquier intento de proliferación armamentista.

Aunque fuentes iraníes informaron que las instalaciones fueron evacuadas antes del ataque, minimizando víctimas humanas, los daños estructurales han elevado las tensiones regionales. En respuesta, el gobierno iraní ha prometido “una reacción proporcional”, lo que aumenta el riesgo de un conflicto mayor.

Trump también agradeció públicamente el respaldo del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, destacando la cooperación militar entre ambos países y el papel de Israel en la planificación táctica del operativo.

El presidente estadounidense dejó claro que no descarta nuevas acciones si Irán no modifica su postura. “Estamos preparados para actuar con fuerza y rapidez. La seguridad global está en juego”, subrayó.

Este nuevo episodio marca un punto crítico en la ya tensa relación entre Washington y Teherán, y podría redefinir los equilibrios geopolíticos en Medio Oriente. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación el rumbo que podrían tomar los acontecimientos en los próximos días.