El canciller alemán, Friedrich Merz, optó por no condenar directamente los recientes bombardeos de Estados Unidos e Israel contra instalaciones nucleares en Irán, señalando que no encuentra motivos para reprender estas acciones aunque lamentó los riesgos que implican. En un discurso ante la Federación Alemana de Industrias, Merz enfatizó que la inacción no era una opción y subrayó que las pruebas evidencian los esfuerzos persistentes de Irán por desarrollar armamento nuclear.
Esta postura refleja la alineación de Alemania con las medidas militares de Washington y Tel Aviv, pero el canciller también hizo un llamado a la “moderación” para evitar una escalada que pueda desestabilizar aún más la región. La intención es mantener un equilibrio entre el apoyo estratégico a sus aliados y la búsqueda de prudencia en el manejo del conflicto.
Las declaraciones llegan en medio de una creciente tensión en Medio Oriente, tras los ataques estadounidenses contra las plantas nucleares de Fordow, Natanz e Isfahán, y la respuesta iraní con un bombardeo a una base estadounidense en Qatar. Mientras Irán amenaza con represalias, países árabes y europeos manifiestan su preocupación por la situación y exhortan a retomar el diálogo diplomático.
En reuniones simultáneas del E3 —Alemania, Reino Unido y Francia—, se ratificó el apoyo europeo a la vía diplomática con Irán, aunque sin resultados concretos tras los recientes bombardeos. En este contexto, las palabras de Merz reflejan una estrategia oficial que busca fortalecer alianzas sin cerrar la puerta a la negociación.
La comunidad internacional observa con cautela: Estados Unidos defiende sus ataques como necesarios para frenar el programa nuclear iraní, mientras Europa insiste en evitar una escalada, especialmente ante el riesgo del cierre del estrecho de Ormuz y su impacto en el mercado energético mundial.