Durante una comparecencia ante el Comité de Gastos del Senado de Estados Unidos realizada en Capitol Hill, Washington D.C., la fiscal general Pam Bondi incluyó a México en una lista de países considerados como “adversarios” de EE.UU., junto con Irán, Rusia y China, al afirmar que ninguno de ellos logrará intimidar a la nación norteamericana.
La declaración surgió luego de una intervención del senador republicano Lindsey Graham, quien cuestionó abiertamente la colaboración del gobierno mexicano en el combate al narcotráfico. Al preguntarle si México está ayudando en esta lucha, Graham fue tajante: “¡No! No ayuda. En la mitad de su país mandan los cárteles. Aquí nunca estaremos seguros hasta lograr que México cambie lo que hace”, sentenció, exigiendo medidas más contundentes por parte de la Casa Blanca.
Bondi evitó profundizar en el tema durante la sesión pública y propuso continuar la discusión en una reunión privada, lo que generó incomodidad entre los legisladores presentes. “Con gusto hablaré con usted en sesión privada”, respondió, sin ofrecer una evaluación concreta sobre el papel de México en el contexto del crimen transnacional y el narcotráfico.
Posteriormente, Graham llevó el debate a un plano más amplio, preguntando si EE.UU. debería enviar un mensaje firme a Irán en defensa de su seguridad nacional y su respaldo a Israel. Bondi respondió que bajo la presidencia de Donald Trump, el país no se dejará intimidar por ninguna potencia extranjera ni por redes de tráfico de drogas, reiterando que su gobierno está dispuesto a tomar “todas las medidas necesarias” para proteger al pueblo estadounidense. En ese mismo marco, volvió a señalar a México como un riesgo potencial, junto a potencias globales.
Las declaraciones han provocado preocupación en sectores diplomáticos y políticos, ya que la inclusión de México en una categoría de “adversario” oficial por parte de una alta funcionaria del sistema de justicia estadounidense podría tensar aún más la relación bilateral, especialmente en un contexto electoral y con temas sensibles como fentanilo, migración y seguridad fronteriza en el centro del debate.