titulo_columna
El Mirador
Redacción

Cacicazgo navista en San Luis Potosí

Se ha dicho que San Luis Potosí ha sido tierra de caciques, Saturnino Cedillo, Gonzalo N. Santos y Carlos Jonguitud Barrios son los más emblemáticos, a estos dos últimos los enfrentó con firmeza Salvador Nava Martínez con el apoyo de la ciudadanía de todas las clases sociales y partidos de ideología contraria.

Por paradojas del destino se ha instaurado un nuevo cacique que fue gobernador en los años noventa del siglo pasado y no ha dejado de mandar, se trata del priista Horacio Sánchez Unzueta, un abogado mediocre que quiso ser historiador y fue embajador de México en El Vaticano durante el gobierno de Ernesto Zedillo.

Su ascenso al poder no fue por derecho propio, se debió a que está casado con la hija del fallecido doctor Nava, Concha Lupe, y llegó con las siglas del PRI, pero incluyó en la nómina estatal a un buen número de navistas y sin que esto tuviera un efecto positivo en su administración, fue un gobierno autoritario, represor y corrupto.

Así, desde las mismas entrañas del navismo se generó un nuevo cacicazgo con Horacio “el yerno” que se dispone este 2021 a imponer en la gubernatura a su sobrino Xavier Nava Palacios, el alcalde capitalino que llegó con las siglas del PAN y se ha distinguido por la corrupción en el otorgamiento de obra pública y servicios, y por la sistemática violación de los derechos humanos de los sectores vulnerables; por lo que se ha ganado la imagen de ser un racista, un clasista, se ensaña con los que menos tienen, con todo aquel que le levanta la voz para decirle corrupto.

Nava Palacios está muy lejos de su abuelo Salvador Nava, no se le parece en nada. Es un desarraigado de San Luis Potosí porque durante más de 20 años residió en la capital del país y en Chiapas, donde fue subordinado de Emilio Zebadúa que se desempeñaba de secretario general de Gobierno, y ahora es muy conocido por ser el cerebro de la llamada “Estafa Maestra”.

Para darle un toque de folclor a su existencia “fifí”, Nava se casó en San Cristóbal de las Casas con una potosina adinerada, ofició la misa el obispo Samuel Ruiz y el padrino fue Zebadúa. En la actual coyuntura Nava se ha declarado un enemigo acérrimo del Presidente Andrés Manuel López Obrador y forma parte del núcleo de opositores conservadores que encabezan Javier Corral, gobernador de Chihuahua y el activista Javier Sicilia.

Nava fue de los que intentó, junto con otros alcaldes panistas, dar portazo en Palacio Nacional para reventar una mañanera con el pretexto de exigir más recursos, cuando gana igual o más que el propio AMLO y ha gastado más de 100 millones de pesos en menos de un año en promover su imagen; y enfrenta varios juicios políticos en el Congreso del Estado por violación a los derechos humanos.

A grandes rasgos presentamos este perfil de Nava que recorre municipios los fines de semana para darse a conocer, ya que es un perfecto desconocido para los potosinos, a los ayuntamientos les regala camiones de basura como si fuera santoclos, está clara desviación de recursos con fines electorales la disfraza de un gesto de solidaridad. Además de las maniobras políticas de su tío Horacio para imponerlo como gobernador, cuenta con el apoyo de varios grupos empresariales, de especuladores de suelo urbano, de medios de comunicación, de las cámaras del sector privado y varias organizaciones de ultraderecha.

El encargado de recolectar los fondos para la próxima campaña es nada menos que el tesorero municipal, Rodrigo Portilla Díaz, quien al asignar por dedazo los millonarios contratos de obras, permisos de construcción y servicios cobra los respectivos moches a grandes empresas locales y nacionales.  En los próximos meses Nava pedirá licencia al cargo para estar en condiciones legales de lanzarse por la gubernatura, sus excesos le cobrarán la factura en las urnas, al tiempo