Hay ocasiones que por amor se cumplen los deseos de la pareja, sin importar qué sea, se toman desiciones con tal de hacer feliz al otro, es así como Eileen, una abuelita de 90 años, se casó con el mejor amigo de su difunto esposo, y así cumplir su último deseo que se volvió viral en redes sociales.
La historia de la abuelita fue narrada en Facebook por su hijo Mike Triggs, quien contó que antes de morir, su padre Vince pidió que “su amada Eileen” volviera a encontrar el amor y se uniera con una persona que fuera capaz de quererla como él lo hizo.
“Por extraño que parezca, expresó su deseo de que mamá no pasara demasiado tiempo afligida y era su deseo de que en algún momento ella se volviera a casar y pudiera compartir el resto de su vida con alguien que la cuidara y la amara como él lo hizo”, escribió Mike sobre las palabras de su padre.
Ante la solicitud, Eileen se sorprendió y pensó que era una locura debido a que “nunca había querido a ningún otro hombre”; sin embargo, Vince Triggs insistió y le dijo que el único hombre que podría tratarla como a él le gustaría, era su mejor amigo Ron Fulton.
Es así que en los últimos meses, tras la muerte de Vince, Ron pasaba con frecuencia tiempo con Eileen, le ayudaba a limpiar el armario de su difunto esposo, tomaban café, compartían comida, veían partidos juntos, e incluso asistían a conciertos juntos. “Realmente disfrutaban el tiempo que pasaban juntos”, dijo Mike Triggs.
fue tras un tiempo que Ron Fulton le pidió matrimonio y es así que la abuelita se casó con el mejor amigo de su difunto esposo para cumplir su último deseo. Pese a que en un inicio, el compromiso parecía algo descabellado, los hijos de ambas personas aceptaron la relación porque se dieron cuenta que eran felices juntos.
Finalmente, Mike contó que su mamá Eileen y su padre Vince pasaron más de siete décadas juntos hasta la muerte de Triggs a los 96 años, ambos tuvieron grandes aventuras y disfrutaron su relación, asimismo, aclaró que si bien Ron no podrá reemplazar a su papá, “la vida continúa y tiene sentido que ambos sean felices. Después de todo, eso es lo que papá quería”.
Por Plumas Atómicas