Desde hace más de una década las redes sociales han ido desplazando a los medios de comunicación tradicionales respecto a su capacidad para influir en la opinión pública sobre temas que van desde los sociales hasta los políticos y de negocios. Con la inmediatez de los mensajes difundidos en Facebook, Instagram y Whatsapp (entre otros servicios digitales) la preparación que deben tener los personajes públicos en su manejo de imagen se ha convertido en una problemática que poco ha sido vista desde el enfoque de negocios.

Tal es el caso de Elon Musk, CEO de Tesla y promotor de las cripto monedas, quien con un solo tuit en su cuenta oficial desplomó la valuación de una moneda previamente avalada por el mismo, la llamada “Dogecoin”. Lo anterior tan solo por responder con un tajante “no” a la pregunta sobre si seguía usando la moneda, hecha por la misma cuenta oficial de la marca.

Y es que, actualmente, la volatilidad con la que el público llega a reaccionar a los mensajes publicados en redes sociales por personajes de su interés es prácticamente instantáneo tanto en sus efectos positivos como los negativos. Incluso, una publicación borrada en cuestión de segundos de haber sido publicada puede terminar registrada en una captura de pantalla, misma que puede ser replicada en cuestión de segundos por usuarios y medios de comunicación.

Hablando sobre personajes propios de la escena nacional hemos visto importantes ejemplos de lo que se debe y lo que no se debe hacer en las redes sociales.

Hablando de términos generales para no aludir a ninguna persona, es importante primero hacer una distinción entre lo que es un mensaje institucional que puede provenir de las cuentas oficiales de una empresa o institución pública y los mensajes diseñados para impulsar marcas personales.

En el caso de las instituciones y empresas, es cierto que el manejo de imagen en internet puede ser similar al que vemos en medios tradicionales como la radio y televisión, sin embargo, esto solo debe ocurrir cuando el objetivo no sea generar ventas, ya que, al momento de querer generar ventas y posicionamiento de mercado, muchas veces la creatividad y el uso adecuado de las redes dependiendo el público que se quiere alcanzar es esencial.

En primer lugar, es importante entender que nos encontramos ante una migración importante del público consumidor, desde el cual vemos como las personas con mayor poder adquisitivo (de 25 a 35 años) comenzaron desde hace unos años a migrar su interés de Facebook a Instagram, mientras que los jóvenes de 15 a 25 años hicieron lo mismo, pero abandonando Instagram por tiktok como su red social primaria.

Este tipo de migraciones digitales son importante comprenderlas para, igualmente entender el comportamiento de las distintas poblaciones en su consumo de marcas.

 

En el caso de los adultos de 35 en adelante aún existe un interés por Facebook, pero podríamos decir que su principal público ha envejecido teniendo audiencias que rondan los 45 a 60 años aproximadamente.

Dichos demográficos obedecen principalmente a la manera en que se comunican los individuos actualmente, favoreciendo los contenidos visuales por los que consisten en texto principalmente (de ahí el reciente ascenso en popularidad de Instagram).

En el caso de contenidos, también es importante entender que mientras las marcas y empresas usan mensajes institucionales, aquellos deseosos de impulsar su marca personal deben estar consciente de lo importante que es la espontaneidad y la interacción como herramientas esenciales para mejorar su posicionamiento dentro de cualquier tipo de red.

Atrás deben quedar aquellas infografías y diseños coloridos para impulsar mensajes dentro de las redes sociales, dando mayor valor al uso de herramientas como videos animados, transmisiones en vivo e incluso, publicaciones que inviten a la participación del público.

En estos apuntes generales es importante remarcar que existen puntos y estrategias específicas que pueden ser usadas dependiendo marcas, mercados y metas establecidas, mismas que serán analizadas en futuras entregas.