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Cuestión de “metas”

Fue hace unos pocos meses cuando Facebook el gigante tecnológico (famoso por sus redes sociales) cambio oficialmente su nombre por “meta” así como suena y que para algunos no familiarizados significó un levantón de ceja mayúsculo. 

 

¿Por qué meta? 

 

 Bueno pues resulta que desde ya varios años la atención de Mark Zuberberg el poderoso y multimillonario dueño de Meta ha sido el desarrollo de la tecnología en realidad virtual. Pero no vaya usted a pensar en la realidad virtual aquella que en los 80s y 90s nos presentaba estos enormes cascos de metal con complejos controles en forma de pistolas joysticks de videojuegos. Más bien ahora la realidad virtual se ha convertido en un potente motor que ha echado a andar la imaginación de los programadores e ingenieros.

Y es que, la fascinación por la realidad virtual de Zuckerberg inicio desde que su empresa, en aquel tiempo todavía llamada Facebook comprara a Occulus la empresa dedicada al desarrollo de lentes y mandos de realidad virtual. De esto ya hace varios años.

En aquella época Gabe Newell propietario del gigante en distribución de videojuegos Valve y su plataforma Steam decía que el futuro del entretenimiento justamente estaba en la realidad virtual al mismo tiempo que anunciaba cómo su empresa pasaría la mayor parte de su atención en el desarrollo de títulos para esta plataforma, otros gigantes como Sony y HTC siguieron el ejemplo al poco tiempo.

Fue así como durante los últimos años hemos visto un crecimiento proporcional y mayúsculo en esta tecnología, al punto donde los elevados precios han ido disminuyendo poco a poco hasta volverse algo relativamente asequible para los asiduos a la tecnología.

De la mano de este importante desarrollo tecnológico vino lo que para muchos es el siguiente paso natural en el desarrollo de engagement de usuarios, mismo que se trata del metaverso.

De acuerdo a las expertos en el tema, el metaverso consiste en una “realidad alterna” misma que es creada desde cero, simulando todo lo que la realidad virtual nos vendía desde aquellos comerciales de la década de los ochentas. Donde el usuario podría simular un nuevo alter ego con características físicas similares a las de su yo físico o también, una apariencia completamente diferente dependiendo los gustos del usuario.

En esta moderna visión de lo que es la realidad meta algunos empresarios como Zuckerberg plantean la posibilidad de extender la inmersión y la capacidad de hacer más con lo que ya tenemos en nuestras redes sociales. En otras palabras crear un avatar que nos permita llevar a cabo reuniones “presenciales” en realidad virtual así como simulaciones interactivas de todo tipo de presentaciones o experimentos.

Imaginemos por un momento el fin de las reuniones en zoom como la vida en pandemia nos ha enseñado para darle paso a las reuniones en salas de junta virtuales las cuales podemos manipular a nuestro contentillo agregando pantallas de monitores y modelos a escala en la misma sala de juntos y con presionar unos pocos botones.

En el meta verso las cosas no terminarían ahí, también seríamos capaces de viajar a otras ciudades o realidades para asistir a conferencias o talleres que de otra forma sería un gasto importante a nuestro bolsillo en traslados y alojamiento.

Y las opciones aún son muchas, pero como ya lo han indicado varios analistas el mayor reto actual es bajar aún más los precios de los cascos y mandos de realidad virtual, al nivel donde un consumidor promedio pueda costearlos sin la necesidad de gastar la misma cantidad de dinero que costaría, digamos, un celular de gama premium actualmente.

Muchos dicen que estos avances los veremos en los próximos cinco años, así que será interesante si al fin el ser humano podrá cumplir una fantasía que lo ha seguido desde que la palabra computadora se volvió un término popular en nuestra cultura.