titulo_columna

Sobre fake news y redes

De acuerdo con el estudio publicado en noviembre del 2021 por la UNAM, México tiene una capacidad media para difundir noticias falsas o “fake news” como se les llama en el mundo de la tecnología.

Facebook, WhatsApp y Twitter son las redes sociodigitales más recurrentes en México para organizar y lanzar estrategias de desinformación con un impacto considerable en la opinión pública, particularmente la primera es un “monstruo que lo mismo puede desarrollar un negocio exitoso, que gestionar importantes campañas de noticias falsas”, así lo aseguraron expertos académicos pertenecientes a la máxima casa de estudio.

Y es que, existen varios factores que ayudan a la propagación de noticias carentes de cualquier veracidad y, muchos de ellos, tienen que ver con la facilidad con que se propaga información mediante páginas de Facebook y “cadenas de mensajes” vía WhatsApp.

Históricamente, la crítica ha recaído en Mark Zuckerberg, director general de la empresa META, dueña de las redes sociales Facebook y WhatsApp, redes que han sido fuertemente criticadas por carecer de verdaderos filtros y herramientas de denuncia que le pongan un alto a la desinformación en los países donde funciona.

Por ejemplo, en el desafortunado caso de Debanhi Escobar, la CEDH en Nuevo León dio un reporte que después confirmó como falso donde mencionaba que más de 4 cuerpos de mujeres sin vida habían sido encontrados durante la búsqueda de la joven por parte de autoridades regiomontanas, dicha información fue después corregida por la misma institución tratándose de la aparición de 4 mujeres con vida durante el periodo antes mencionado. El reporte, a pesar de ser corregido y refutado por las mismas autoridades que lo emitieron, se regó como pólvora en Facebook e Instagram sin ningún tipo de control por parte de la red social, mismo que solo contribuyó a acrecentar la psicosis en la población afectada por los sensibles casos de desapariciones en el país.

En este, y muchos otros casos similares, la desinformación ha afectado también en la credibilidad que tienen los mexicanos hacia fuentes periodísticas veraces, así como las autoridades responsables de informar a la población.

Si bien es cierto que Facebook posee algoritmos y personal capacitado para hacer revisiones manuales de los miles de publicaciones que se difunden en sus redes sociales cada día, lo cierto es que dichas herramientas han probado o, incluso, han sido completamente ineficientes para controlar la información divulgada en sus redes.

En el caso de los algoritmos programados para encontrar de manera automática publicaciones que infrinjan las normas de las redes sociales en Meta, se han tenido reportes de miles de errores o fallos que han comprometido las redes de personales inocentes, errores que Zuckerberg ha dicho son “aceptables”.

Igualmente, la presencia de moderados humanos ha acarreado una serie de daños y trastornos psicológicos en dichos empleados que, durante horas, debieron ver videos con extrema violencia gráfica, así como mensajes de odio y desinformación que ha dejado en entredicho la ética con la que Meta trata a estos trabajadores en un trabajo que es sumamente peligroso para la salud mental.

Es cierto que la desinformación y las “fake news” serán aún un problema del cual la concientización y la cultura de la denuncia y filtrado de noticias eventualmente lograrán parar su crecimiento, sin embargo, hasta ahora los principales dueños de redes sociales no han demostrado el mismo interés para ponerle un alto a algo que representa una seria amenaza para la sociedad actual.