titulo_columna
El Mirador
Redacción

Se termina el año

Este año inició como el tercero de la pandemia por covid-19, un año que cierra con casi 7 millones de personas fallecidas por la enfermedad en el mundo y que sigue mostrando las profundas desigualdades que aún persisten, particularmente en el continente africano, que apenas registra poco más del 30% de su población con al menos una vacuna, mientras que Norteamérica, Asia-Pacífico y Latinoamérica reportan más del 80%, Europa 70% y Oriente Medio casi 60 por ciento.

 

En el campo económico, tanto la pandemia como la invasión de Rusia a Ucrania han provocado una desaceleración generalizada y la inflación más alta registrada en varios decenios. Según el Fondo Monetario Internacional, el crecimiento mundial se desacelerará de 6.0% en 2021 a 3.2% en 2022 y 2.7% en 2023. Exceptuando la crisis financiera mundial y la fase aguda de la pandemia de covid-19, este es el perfil de crecimiento más flojo desde 2001. Asimismo, pronostica que la inflación mundial aumente de 4.7% en 2021 a 8.8% en 2022, para luego descender a 6.5% en 2023 y 4.1% en 2024. De acuerdo con dicho organismo, se debe mantener el curso de política monetaria para restaurar la estabilidad de precios, y la política fiscal debe procurar aliviar las presiones sobre el costo de vida, así como recurrir a reformas estructurales que mejoren la productividad y alivien las restricciones sobre la oferta.

 

La guerra en Ucrania ha sido otro de los hitos de 2022. Los pronósticos iniciales apuntaban a que sería un conflicto de corta duración, pero el pueblo ucraniano ha resistido ya por 10 meses una invasión que ha dejado 100 mil soldados en cada bando muertos o heridos, y unos 40 mil civiles. La guerra ha generado casi 8 millones de refugiados en Europa y más de 15 millones de desplazados. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha propuesto celebrar una cumbre de paz global este invierno y ha expresado su voluntad de diálogo con Rusia, ojalá durante las siguientes semanas se llegue a un acuerdo de paz.

 

El retiro de la política de la canciller alemana Angela Merkel y la muerte de la reina Isabel II de Inglaterra marcaron el fin del servicio público de dos mujeres gigantes de la política mundial contemporánea, sirva su ejemplo y legado como inspiración para las mujeres que trabajamos por un mundo mejor.

 

Las elecciones en Brasil y Colombia ampliaron la presencia de la izquierda en la región. Con el triunfo de Lula da Silva y Gustavo Petro suman 13 los países latinoamericanos en ser encabezados por un presidente de izquierda, líderes que tienen el reto de cumplir con las promesas de igualdad y justicia social por las que fueron electos en países con deficiencias estructurales de antaño y en un contexto económico global complejo.

 

El gran reto de nuestro tiempo es el del cambio climático y, como cada año, se celebró la conferencia internacional para revisar el cumplimiento de los compromisos en esta materia, sin buenas noticias: seguimos sin hacer lo suficiente para evitar el aumento de la temperatura global que pone en riesgo la vida como la conocemos.

 

La muerte de Mahsa Amini, la joven iraní que fue asesinada por la Policía de la Moral por no usar correctamente su hiyab, fue el rostro de la violencia hacia las mujeres este año. Su muerte generó una ola de protestas, no sólo en Irán —donde han muerto, al menos, 150 personas—, sino en varios países. Esto, a pocas semanas de la controversial celebración del Mundial de Futbol en Qatar, precisamente por ser otro país en el que los derechos humanos de las mujeres y la comunidad LGBTQ+ están comprometidos.

 

En cuanto a México, las claves de este año han sido consolidación de la militarización y la profundización de la violencia y la polarización.