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El Mirador
Redacción

El gran colapso tecnológico del siglo

*Acciones como Tesla y Meta registraron caídas nunca vistas en su historia; el mercado en general se desplomó 33%

Antonio Sandoval

Sin considerar el gran colapso de las puntocom en el año 2000, toda vez que hasta la fecha no hay un consenso pleno sobre cuándo inicia y termina un siglo, el año que recientemente pasó, 2022, acudimos al gran desplome tecnológico de la centuria.

El índice de acciones tecnológicas Nasdaq perdió en el año 33 por ciento en números cerrados, se trató de la mayor caída desde 2008; sin embargo, varias acciones de gran peso en el mercado cayeron más que la media del mercado.

Basta señalar los nombres de dos “pesos pesado” del mercado tecnológico para dimensionar lo que sucedió en el periodo de 365 días que acabamos de dejar atrás.

Tesla perdió 65% a lo largo del año, la acción de la empresa de Elon Musk, quien arribó a diciembre pasado con la etiqueta del empresario más acaudalado del planeta y terminó ese mismo mes desbancado, en gran medida debido a los efectos sobre su fortuna personal por la caída de Tesla.

Otra acción, la de META, matriz de Facebook, perdió nada más y nada menos que 64 por ciento, un desplome inédito y un gran golpe para su dueño Mark Zuckerberg.

El sector vivió a lo largo del año una desaceleración del crecimiento de los ingresos y la lucha por contener los costos que está tocando sus beneficios. Las grandes tecnológicas se encuentran en una posición desconocida después de una década de crecimiento descontrolado.

El tercer trimestre del año que acaba de pasar fue especialmente complicado porque los resultados del periodo se produjeron en un contexto de inflación vertiginosa, tipos de interés al alza que encarecieron el acceso al crédito y un dólar estadounidense fuerte que hizo que las compras en moneda extranjera se encarecieran; además de las expectativas en torno a una recesión inminente para el año que inicia.

Las grandes tecnológicas cotizaban en múltiplos elevados por las expectativas generadas de su evolución en años previos, pero era una tendencia que no duraría para siempre.

Otros de los factores asociados a esta vertiginosa caída de las acciones de las empresas tecnológicas fueron la desaceleración macroeconómica global por la guerra y por el aumento de la inflación en el mundo.

Los años de euforia bursátil por las compañías tecnológicas, y especialmente por las otrora denominadas como FAANG, quedaron atrás por algún tiempo.

La agresiva subida de tipos de interés que ejecutaron los bancos centrales del mundo industrializado y emergente, encabezados por la Reserva Federal de Estados Unidos, pasó factura a un sector que se vio beneficiado años atrás por el dinero casi gratis.

Las firmas tecnológicas se mostraron especialmente sensibles a las subidas de tipos de interés porque buena parte de su valoración actual tiene que ver con las previsiones de ingresos futuros. 

El estallido de la pandemia provocó un cambio sustancial de los hábitos de consumo de las familias, del que se vieron beneficiados empresas como Zoom, otras plataformas de ocio en streaming como Netflix, o incluso la empresa de fitness interactivo Peloton. 

También se vieron beneficiadas otras firmas dedicadas a la venta de ropa por internet como Etsy. Pero, igualmente lo resintieron con la vuelta a la normalidad.

A pesar del golpe, Las tecnológicas se mantendrán como motor de la nueva economía continuará ya que los grandes problemas del presente solo se podrán solucionar con tecnología. Sin embargo, será imposible olvidar ese 2022, el año del gran colapso tecnológico.