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El Mirador
Redacción

Lo que nos faltaba, deambula el fantasma de Lehman Brothers por Wall Street

La quiebra del SVB trajo recuerdos de la gran tragedia de 2008, y encendió las alertas globales

Antonio Sandoval

Esta semana el fantasma de Lehman Brothers reapareció en las calles de Wall Street, y en prácticamente todas las plazas financieras del mundo.

Como recordará amable lector, el 15 de septiembre del año 2008, el banco Lehman Brothers se declaró en quiebra, cuando lo hizo contaba con pasivos totales por 430 mil millones de dólares y 158 años de historia. Su quiebra produjo un efecto dominó que derivó en la mayor crisis económica mundial de la historia, que se conoce como “La Gran Recesión”.

La quiebra de Lehman Brothers es considerada como la mayor quiebra en la historia de Estados Unidos, fuertemente asociada a la crisis financiera global de 2008.

Dicen que la historia se repite, quizás no por completo pero a veces se registran episodios que nos hacen recordar sucesos pasados; la semana anterior los fantasmas desatados por esa histórica quiebra, la de Lehman Brothers, recorrieron nuevamente las calles de Wall Street y de todos los círculos financieros del mundo con la quiebra del Silicon Valley Bank, institución muy alejada del tamaño, historia e influencia sistémica del legendario Lehman Brothers, pero que no deja de recordarnos lo frágil que es en ocasiones el equilibrio económico-financiero en estos tiempos del siglo 21.

Sucede que el pasado viernes los organismos reguladores bancarios de Estados Unidos intervinieron al Silicon Valley Bank (SVB), institución cuya acción de su controladora había caído 60 por ciento una sesión antes y que solamente hora y media después de apertura del mercado de ese viernes caía otro 60 por ciento, la ola especulativa amenazaba con hacer añicos la poco confianza existente sobre el banco, razón por la cual los reguladores decidieron primero suspender la cotización de la acción bancaria y cuando se enteraron que la institución ya no quería colocar bonos en el mercado ante el marcado desprecio de los inversionistas sino encontrar quién pudiera compra a la institución, decidieron intervenir a la institución y acelerar su quiebra.

El banco tiene su sede en California y sus principales clientes son o eran emprendedores y empresas tecnológicas del estado de California, especialmente de la zona de Silicon Valley, así como del estado de Massachusetts.

La quiebra acabó con dos días de incertidumbre que incluyó el desplome bursátil antes mencionado, después de que se dieran a conocer sus planes para ampliar capital y las enormes pérdidas generadas por la venta de una importante cartera de bonos para no quedarse sin liquidez.

De inmediato, la quiebra de la institución, considerada hasta entonces la décimo sexta más grande de Estados Unidos, trajo a la memoria el episodio de la crisis financiera de 2008 que originó la Gran Recesión.

La quiebra del banco supone un duro golpe para el sistema financiero de Estados Unidos y también para la industria tecnológica de California, considerado a su vez uno de los motores más importantes de la economía de Estados Unidos, y especialmente de California.

El Silicon Valley Bank se había logrado posicionar como una institución bancaria altamente especializada en financiar proyectos, startups y emprendedores, especialmente cuando en los primeros años es difícil para la mayoría de ellos conseguir financiamiento.

La quiebra de la decimosexta institución bancaria de un mercado bancario enorme como el estadounidense, con miles de bancos entre aquellos con cobertura nacional, regional y estatal, siempre es una mala noticia.

Pero la gran inquietud radica en saber ¿cuántas instituciones más están en la misma situación?, algo que tuvo muy preocupados a los inversionistas en la semana y que provocó un gran descalabro bursátil en Wall Street.
¿Creció el riesgo sistémico bancario en Estados Unidos con esta quiebra?, la respuesta inmediata parece ser afirmativa.

Pero hay una pregunta cuya respuesta es difícil y más allá, nadie quisiera que fuera positiva; consiste en saber si habría una quiebra mayúscula en el sistema bancario de Estados Unidos, tal como sucedió en 2008 y que estuvo a punto de llevar al mundo a una Gran Depresión como la iniciada en 1929, que duró prácticamente una década.

Ojalá no, pero no cabe duda que este primer cuarto del siglo 21 ha dejado innumerables daños en la economía, esperemos que Lehman Brothers se quede solamente en un fantasma.