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El Mirador
Redacción

China y EU, nueva versión de la guerra fría…económica

Antonio Sandoval 

Hay en el mundo un fenómeno que tendrá graves consecuencias de largo plazo aunque no sabemos cuándo.

Nos referimos a esta especie de nueva guerra versión de la guerra fría, pero ahora con Estados Unidos y China como protagonista. Este escenario amenaza con "balcanizar" el crecimiento mundial y es factor que aporta a una dura recesión.

Tanto Estados Unidos como China han dejado claras sus intenciones: pretenden dejar atrás una dependencia que los hace vulnerables ante situaciones como las vividas durante la pandemia y desde el estallamiento de la guerra en Ucrania.

De este modo, mientras que el plan de la primera superpotencia es cerrar las rutas comerciales existentes y sustituirlas por otras nuevas con sus aliados, para la segunda potencia el objetivo pasa por desvincularse gradualmente del dólar estadounidense y evitar posibles sanciones económicas por parte de Occidente.

Sin embargo, esta ruptura podría generar un comercio global menos eficiente, entre otras cosas, según han comentado diversos analistas.

Es así como para la economía mundial, el precio de desmantelar las cadenas de suministro mundiales actual será elevado.

Si hubiera posibilidad de materializarse supondrá abandonar el sistema de libre comercio, la democracia liberal y el Estado de Derecho creado tras la caída de la Unión Soviética en la década de 1990, que permitió la globalización y el auge económico.

Pero al mismo tiempo, ha servido para alimentar el poder de China sobre determinados recursos críticos necesarios para la transición ecológica. En ese sentido, la fragmentación de los mercados es algo costoso, reduce el crecimiento global y aumenta el costo de producción.

La ruptura de todos sus lazos comerciales con China no será fácil para Estados Unidos, aunque ya ha tomado medidas para reducir su dependencia de las exportaciones chinas.

El mejor ejemplo son los microchips, esenciales para llevar a cabo la transición digital y alcanzar una economía neutra en emisiones de gases de efecto invernadero.

Así como el resto de países de Occidente, Estados Unidos depende de Taiwán, que en la actualidad es el único proveedor de estos dispositivos. De ahí que el país norteamericano tenga tanto interés en evitar una posible invasión por parte de China.

Asimismo, Estados Unidos tendrá serios problemas si China consigue establecer el yuan como segunda moneda de reserva mundial.

Lo anterior debido a que gran parte de la economía estadounidense se sustenta en el interés del resto de naciones por comprar activos denominados en dólares estadounidenses a cambio de sus bienes.

De esta manera, si el país norteamericano deja de ser el emisor de la única divisa que actúa como refugio para el exceso de capital extranjero y se ve obligado a competir con China, significará menos financiación para los déficits gemelos fiscal y de cuenta corriente. Lo anterior cuando todavía tiene Estados Unidos grandes reservas de deuda privada y pública.

En todo este contexto, en Estados Unidos se van a generar graves problemas porque no es posible lograr "la estabilidad de precios, mantener el crecimiento económico y tener estabilidad financiera al mismo tiempo debido a que el sistema financiero es incapaz de hacer frente a la deuda pública y privada acumulada en la actualidad.

Una eventual recesión económica obligará a los prestamistas regionales a reducir de una tasa anual del 10 por ciento a casi cero los créditos que conceden a las empresas pequeñas. Cuando esto pase y el producto interior bruto de Estados Unidos se contraiga, el mar de deudas impedirá que la economía pueda atender sus obligaciones financieras.

En China las cosas no serán mucho mejor. Por primera vez en décadas China creció en 2022 abajo del promedio mundial, y este año también lo hará. Estamos en una lucha por la hegemonía global, tanto en términos económicos como geoestratégicos, la geoeconomía jugará un papel fundamental los próximos años.