El Instituto de Investigación del Ministerio de Emergencias de Rusia anunció la producción en masa de refugios móviles “KUB-M”, diseñados para resistir radiación, ondas de choque y desastres naturales. Estos refugios, que lucen como contenedores de carga reforzados, tienen capacidad para 54 personas y pueden instalarse en condiciones extremas como el permafrost. Aunque el anuncio no fue vinculado oficialmente a la situación geopolítica actual, ocurre en un contexto de escalada en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
El diseño del “KUB-M” permite resistir durante 48 horas los efectos de explosiones nucleares, incluyendo radiación, contaminación química y fragmentación de armas convencionales. Los módulos pueden ampliarse para albergar a más personas, destacando su utilidad en emergencias.
La presentación de los refugios coincide con el uso de misiles de largo alcance por parte de Ucrania, autorizado por Estados Unidos, que impactaron territorio ruso esta semana. En respuesta, el Kremlin reafirmó que acciones similares serían contestadas con medidas proporcionales.
Paralelamente, el presidente Vladímir Putin aprobó una nueva doctrina nuclear que amplía las condiciones para el uso de armamento nuclear, incluyendo agresiones con armas convencionales que amenacen la soberanía de Rusia o Bielorrusia. Según el documento oficial, lanzamientos de misiles balísticos contra territorio ruso también justificarían una respuesta nuclear.
Analistas internacionales consideran que estas medidas son una advertencia directa a la OTAN y Estados Unidos sobre los riesgos de una intervención más activa en el conflicto ucraniano. La doctrina refuerza la estrategia de disuasión rusa frente a coaliciones militares y eleva las tensiones en un momento crítico para la estabilidad global.
El anuncio de los refugios “KUB-M” y la actualización de la doctrina nuclear subrayan la preparación de Rusia ante posibles escenarios de escalada, consolidando su postura en un conflicto que mantiene en vilo a la comunidad internacional.