El puerto de Acapulco, Guerrero, conocido por sus icónicas playas y vibrante vida nocturna, suma un nuevo atractivo turístico: el avistamiento de ballenas. Cada invierno, decenas de turistas y locales se congregan en miradores y acantilados para presenciar este impresionante fenómeno natural que destaca la riqueza marina de la región.
Desde finales de diciembre hasta febrero, especies como la ballena jorobada migran a las aguas cálidas del Pacífico mexicano para reproducirse, lo que convierte a Acapulco en un punto estratégico para observar su majestuoso paso. Expertos locales explican que estas ballenas pueden alcanzar hasta 16 metros de longitud y realizan saltos espectaculares, lo que deja asombrados a quienes tienen la suerte de presenciarlas.
Para fomentar este nuevo atractivo turístico, autoridades locales y operadores turísticos han comenzado a organizar recorridos guiados en embarcaciones, ofreciendo una experiencia cercana y responsable con el medio ambiente. Además, se promueve la observación desde lugares icónicos como La Quebrada y el Parque Nacional El Veladero, respetando siempre las normas de conservación de la fauna marina.
Este fenómeno no solo impulsa el turismo en temporada invernal, sino que también destaca la importancia de preservar los ecosistemas marinos. “Es una oportunidad única para acercarnos a la naturaleza y crear conciencia sobre la protección de estas especies”, comentó una visitante tras observar a las ballenas desde uno de los acantilados del puerto.