Un estudio reciente ha revelado que las mujeres con enfermedad de células falciformes experimentan un aumento significativo de inflamación durante la fase folicular del ciclo menstrual, lo que podría explicar por qué muchas enfrentan crisis de dolor intensas en ese periodo. La investigación, publicada en Blood Vessels, Thrombosis & Hemostasis, podría abrir nuevas vías para el tratamiento de esta enfermedad, especialmente en pacientes femeninas.
La Dra. Jessica Wu, investigadora principal y residente de obstetricia y ginecología en la Universidad de Pensilvania, explicó que el aumento de inflamación coincide con la mayor frecuencia de eventos vasooclusivos (VOE), el término médico para describir los episodios de dolor agudo característicos de la anemia falciforme. Estos eventos ocurren cuando los glóbulos rojos deformados bloquean el flujo sanguíneo, causando daño en órganos, infecciones y un dolor que a menudo requiere hospitalización.
El equipo de investigación analizó muestras de sangre de 31 pacientes con anemia falciforme —13 mujeres y 18 hombres— enfocándose en los niveles de proteína C reactiva, un marcador de inflamación. Descubrieron que las mujeres presentaban niveles significativamente más altos de esta proteína en la primera mitad de su ciclo menstrual, lo que sugiere un vínculo directo con el aumento de crisis dolorosas en ese momento.
Este hallazgo refuerza observaciones previas sobre la frecuencia de episodios dolorosos durante la menstruación y destaca la necesidad de considerar el ciclo hormonal como un factor en el tratamiento de esta enfermedad. La Dra. Wu señaló que algunos anticonceptivos hormonales podrían ofrecer beneficios al reducir las fluctuaciones hormonales y, potencialmente, el dolor.
Por su parte, la Dra. Andrea Roe, profesora asistente de obstetricia y ginecología en la misma universidad y coautora del estudio, subrayó la importancia de no ignorar la influencia del ciclo menstrual en enfermedades crónicas. “Puede interactuar con la salud de formas importantes”, afirmó.
Aunque los resultados son prometedores, las investigadoras reconocen que se necesita una muestra más amplia y un seguimiento más detallado a lo largo del ciclo para confirmar estos hallazgos. Aun así, el estudio marca un paso relevante para mejorar la calidad de vida de las mujeres que viven con esta dolorosa condición.