Durante las primeras horas de este lunes, 21 de abril, el Papa Francisco y octavo soberano de la Ciudad del Vaticano; falleció en Roma a los 88 años. Su pontificado se despide con lo que fue, una serie de reformas y eventos primerizos que abrieron campos en el dogma.
De nombre secular, Jorge Mario Bergoglio de origen Argentino; fue el primer latinoamericano en liderar la Iglesia católica. Su ascenso a la máxima cabeza se derivó de la renuncia de Benedicto XVI, en 2013. Y su muerte fue consecuencia de un ocaso de mala salud, a pesar de ello y con apoyo, continúo haciendo apariciones públicas como actos de servicio.
Luego de pasar cinco semanas ingresado en un hospital con neumonía, el papado actual finalizó, luego de celebrar el Domingo de Resurrección en Semana Santa. La celebración más importante en el calendario católico.
El deceso del papa Francisco fue confirmado hoy, a las 07:35 de la mañana en Roma. Y quién procederá con un nuevo ordenamiento será el camarlengo del fallecido, Kevin Farrell, quien supervisará la transición a un nuevo Papa.
Pequeños pasos para el cambio, en una plataforma inflexible
Durante 12 años, 1 mes y 12 días, la autoridad pontífice de Francisco se podría decir que revolucionó algunos aristas del legado religioso en su orden. Entre ellos, la inflexibilidad en temas de género, abusos y diversidad sexual, siempre estaban acompañados de sencillez y humildad para reconocer a todos como hijos e hijas de Dios.
En primer lugar, desde el 2023, aunque no equiparado al sacramento del matrimonio, las parejas del mismo sexo pueden ser bendecidas gracias a una reforma en el clérigo. A pesar de su rechazo por los obispos conservadores en África y EE.UU.; sectores progresistas celebraron esta acción.
No obstante, esta no fue la única acción a favor de una lucha por mayores igualdades para profesar la palabra de Dios y el amor fraternal. Años atrás, en 2019, el papa Francisco estableció reglas para denunciar abusos y responsabilizar a los obispos encubridores de agresiones sexuales. Así como en 2021, limitó el uso del rito tridentino (en latín), para fortalecer la unidad de la Iglesia y evitar la división.
Incluso aún después de la muerte, el deseo del pontífice fue inédito, será el primero en más de un siglo que no será enterrado en el Vaticano, sino que descansará en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma; al reposo de un sencillo ataúd de madera.
El período de duelo por la pérdida del vicediós, según las normas eclesiásticas descansará durante nueve días. Mientras que su funeral y entierro, tomarán lugar en el cuarto y sexto. Hasta entonces una etapa en la iglesia habrá de empezar, donde, después de 20 días, los cardenales candidatos menores a 80 años, podrán ser elegidos en rito con los demás, para asumir la cabecera.