En el primer cuarto de su mandato, Donald Trump ha mantenido la intensidad con la que caracterizó su campaña, proponiendo cambios radicales y políticas que han dividido a la opinión pública estadounidense. En su reciente mitin en Michigan, Trump reafirmó su postura con un rotundo "aún no han visto nada", en referencia a sus planes para el país, mientras aseguraba que nada lo detendría en la implementación de su visión para Estados Unidos.

Entre los logros que su gobierno destaca, se encuentran los nuevos aranceles que, según la administración, buscan fortalecer la manufactura estadounidense. Sin embargo, estos movimientos también han sido fuente de preocupación, ya que, en los primeros tres meses del año, la economía estadounidense experimentó una caída del Producto Interno Bruto, lo que generó incertidumbre sobre el impacto a largo plazo de las políticas proteccionistas de Trump.

Por otro lado, las medidas internas adoptadas por el presidente no han sido menos controvertidas. Con la firma de más de 140 órdenes ejecutivas, el mandatario ha dado un giro a la estructura gubernamental, incluyendo la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental, dirigido por Elon Musk, con el objetivo de reducir el gasto público y simplificar regulaciones. Si bien estas acciones son aplaudidas por quienes apoyan su visión de un gobierno más eficiente, también han sido criticadas por quienes temen que estén erosionando principios democráticos fundamentales.

La libertad de expresión y los derechos civiles siguen siendo puntos clave de discusión. Durante sus primeros 100 días, Trump ha enfrentado acusaciones sobre posibles intentos de censura, particularmente por su tratamiento a los medios y sus constantes ataques a la oposición política. Su retórica de confrontación no ha hecho más que avivar el debate sobre su relación con la prensa y su postura respecto a las libertades individuales.

En términos de la política exterior, la administración Trump se ha mantenido en su línea dura respecto a la inmigración, impulsando políticas restrictivas que han provocado tanto rechazo interno como críticas internacionales. Al mismo tiempo, su relación con países como China sigue marcada por la guerra comercial, que promete continuar siendo un tema clave en los próximos meses.

Las encuestas de opinión reflejan una nación polarizada. Si bien su base de apoyo sigue siendo sólida, las críticas no cesan. En este contexto, los 100 primeros días de Trump son solo el preludio de lo que promete ser un mandato lleno de desafíos, tanto internos como externos, que definirán el rumbo de Estados Unidos en los próximos años.