Estudiantes chinos en Estados Unidos se encuentran en un clima de incertidumbre tras el anuncio del secretario de Estado, Marco Rubio, sobre la revocación de visas a ciudadanos chinos vinculados al Partido Comunista o inscritos en “campos críticos” de estudio. La medida, que impacta directamente a parte de los más de 270.000 estudiantes chinos en territorio estadounidense, ha sido fuertemente criticada por China y podría alterar la dinámica académica entre ambas potencias.
Para muchos alumnos, la noticia fue un golpe inesperado. Linqin, estudiante en la Universidad Johns Hopkins, lo comparó con la antigua Ley de Exclusión China del siglo XIX, que prohibía a ciudadanos chinos inmigrar a EE.UU. “Es la primera vez que pienso en dejar este país, donde he pasado un tercio de mi vida”, declaró.
La medida generó una respuesta inmediata del gobierno chino. La portavoz del Ministerio de Exteriores, Mao Ning, calificó la acción como “politizada y discriminatoria”, y aseguró que representa una “flagrante violación de la libertad y apertura que predica Estados Unidos”. China presentó una protesta formal ante Washington, mientras que algunos estudiantes han comenzado a considerar opciones en países como Reino Unido o Australia.
Hong Kong, por su parte, intenta capitalizar esta situación. El jefe del ejecutivo local, John Lee, expresó el jueves que la ciudad estaría abierta a recibir a estudiantes afectados por las restricciones estadounidenses. “Esta es una oportunidad para Hong Kong”, dijo, destacando el compromiso de su administración por trabajar con universidades locales para brindar apoyo a quienes busquen continuar sus estudios en la ciudad.
Universidades como la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong y la Universidad China de Hong Kong ya han anunciado que facilitarán el ingreso de estudiantes internacionales provenientes de instituciones estadounidenses.
En paralelo, consultoras educativas en Asia están orientando a jóvenes con ofertas en universidades de EE.UU. para que exploren opciones alternativas, principalmente en Europa y Oceanía.
Zhang Qi, investigador en Beijing, opinó que esta situación podría beneficiar a China: “Tal vez ahora más talento se quede en universidades como Tsinghua o la Academia China de Ciencias, lo que fortalecería la ciencia y tecnología nacional”.
Mientras tanto, jóvenes como Chen, estudiante admitido en Purdue University, esperan con incertidumbre la aprobación de sus visas. “Esperaba libertad y tolerancia. Estados Unidos era sinónimo de diversidad, pero esto es todo lo contrario”, lamentó.
La decisión estadounidense no solo impacta a individuos, sino que podría redefinir el panorama global de la educación superior, con implicaciones para la competencia académica y tecnológica a largo plazo.