En medio del clima de tensión política que vive Colombia, el presidente Gustavo Petro respondió a los señalamientos de diversos actores políticos que le solicitaron moderar el tono de sus declaraciones. Aunque accedió parcialmente a esa demanda, el mandatario fue enfático al afirmar que no dejará de alzar la voz frente a lo que considera intentos por desestabilizar su gobierno.
“Me han pedido bajar el tono y lo haré, pero eso no significa silenciarse”, expresó durante un evento público, dejando en claro que seguirá denunciando cualquier amenaza contra su administración, incluyendo las que, según él, provienen de sectores de extrema derecha tanto nacionales como internacionales.
Las declaraciones de Petro ocurren en un contexto de creciente polarización, marcado por recientes episodios de violencia política, como el atentado contra el aspirante presidencial Miguel Uribe, que ha elevado la preocupación ciudadana y puesto a prueba la institucionalidad democrática del país.
Mientras tanto, el Gobierno colombiano insiste en que las fuerzas de seguridad están desplegadas para proteger tanto a figuras públicas como a la población en general, de cara a un proceso electoral de 2026 que se anticipa tenso. Autoridades han reiterado su compromiso con la paz y la legalidad, mientras el país observa con atención el pulso entre discursos encendidos y llamados al equilibrio institucional.