Un tribunal federal en California resolvió que Donald Trump debe restituir el mando de la Guardia Nacional al gobierno de ese estado, luego de que su intervención fuera considerada contraria a la ley. La medida responde a la movilización militar impuesta por el exmandatario en Los Ángeles durante protestas por redadas migratorias.
La decisión fue emitida por el juez Charles Breyer, quien señaló que la Casa Blanca actuó sin facultades legales al ignorar la autoridad del gobernador Gavin Newsom. El fallo aún no entra en vigor, ya que fue suspendido temporalmente tras una apelación presentada por el equipo legal de Trump, que busca llevar el caso hasta la Corte Suprema.
El gobernador Newsom, visiblemente crítico, declaró en televisión que el expresidente “no es un rey” y debe respetar los límites del poder. Subrayó que la militarización en su estado es una amenaza a la democracia y denunció que Trump intentó sacar provecho político del conflicto social. “La crisis fue fabricada”, afirmó.
Las protestas, que iniciaron en rechazo a las redadas contra migrantes, se mantuvieron en su mayoría pacíficas, aunque se registraron algunos actos violentos. La administración federal defendió el despliegue al afirmar que ayudó a mantener el orden, mientras voces del Congreso y la comunidad hispana reclamaron un alto a la represión y una defensa firme de los derechos civiles.