Los comercios del Centro Histórico de San Luis Potosí ya se están adaptando a los recientes cambios en materia laboral, como la implementación de la Ley Silla y el debate en torno a la reducción de la jornada laboral, medidas que buscan mejorar las condiciones laborales, pero que también suponen un reto para el sector.
Mónica Heredia, presidenta de la asociación civil Nuestro Centro, destacó que la implementación de estas disposiciones debe considerar la diversidad operativa de los negocios en la zona. “No todos tienen las mismas condiciones: algunos abren sólo medio turno y tienen estructuras más pequeñas que las industrias”, señaló.
Subrayó que, en el caso específico de la Ley Silla, muchos establecimientos ya habían dado pasos importantes durante la pandemia al adecuar áreas de descanso y alimentación para el personal, lo que facilitará su cumplimiento actual. Sin embargo, hizo hincapié en que todavía se debe reforzar la conciencia sobre la importancia del bienestar del personal como parte de una cultura laboral responsable.
Sobre la propuesta de reducir la jornada laboral, Heredia advirtió que el enfoque debe ser integral. “No basta con reducir horas, también hay que pensar cómo sostener o aumentar la productividad en ese tiempo. Las micro y pequeñas empresas no pueden darse el lujo de perder rendimiento sin un plan claro”, afirmó.
La líder empresarial reiteró que si bien estas reformas buscan dignificar el empleo, también es necesario que estén acompañadas de políticas públicas que incentiven la capacitación, la eficiencia y la innovación en el comercio formal.
Con miles de empleos generados en esta zona, el Centro Histórico de SLP enfrenta una etapa de transición laboral clave. La manera en que se implementen estas reformas determinará no solo la competitividad de los negocios, sino también la calidad del empleo que ofrecen.