Los precios internacionales del petróleo experimentaron una notable caída este martes, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara que China podrá continuar adquiriendo crudo iraní. Este mensaje, difundido desde su viaje a la cumbre de la OTAN en La Haya, fue recibido con optimismo por los mercados, que interpretaron un menor riesgo en los suministros provenientes de Medio Oriente.
El barril de Brent para entrega en agosto se ubicó cerca de los 68 dólares, con una baja superior al 4.5%, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) descendió a poco más de 65 dólares el barril, reflejando la misma proporción. Estas variaciones se suman a un descenso iniciado tras el acuerdo de alto al fuego entre Irán e Israel y la respuesta limitada de Teherán ante el reciente ataque estadounidense a sus instalaciones nucleares.
Expertos en energía señalaron que las represalias de Irán tuvieron un impacto simbólico, sin causar daños significativos que pudieran alterar la dinámica del mercado. Con ello, se redujo la posibilidad de un cierre en el estrecho de Ormuz, paso estratégico para el tránsito de cerca del 20% del petróleo mundial, lo que alivió la incertidumbre sobre el flujo global de crudo.
El anuncio de Trump no solo calmó las preocupaciones internacionales, sino que también dejó abierta la expectativa de que China aumente sus compras de petróleo estadounidense. Esta dualidad refuerza la estabilidad del mercado energético en un contexto geopolítico todavía marcado por tensiones, pero con señales de desescalada.