Un enfrentamiento armado interrumpió este domingo las labores de contención de un incendio forestal en Idaho, Estados Unidos, donde dos bomberos perdieron la vida tras una emboscada perpetrada por un número aún no determinado de atacantes. El incidente se registró en una zona boscosa del condado de Kootenai, al norte del estado, y provocó una amplia movilización de cuerpos de seguridad.
El comisario Robert Norris confirmó que se trató de un ataque premeditado con armas de alto poder, aparentemente ejecutado desde zonas de vegetación densa. Las autoridades no han logrado identificar el número exacto de agresores, aunque aseguran que continúan recibiendo disparos desde el lugar de los hechos. Se presume que los atacantes conocen el terreno y están utilizando el entorno natural como cobertura.
El tiroteo, que permanece activo, ha generado temor entre los residentes de las comunidades cercanas. Las autoridades han solicitado a la población mantenerse bajo resguardo hasta nuevo aviso. La Oficina Federal de Investigación (FBI) se ha sumado al operativo con personal especializado en apoyo táctico, mientras continúa la búsqueda de los responsables.
Este hecho ocurre en un contexto nacional marcado por una creciente preocupación ante los tiroteos masivos. Según datos del Gun Violence Archive, en lo que va del año se han registrado al menos 189 ataques de este tipo en Estados Unidos. La tragedia en Idaho reaviva el debate sobre el acceso a armas de fuego y la seguridad del personal de emergencia en escenarios de alto riesgo.