Un grupo de científicos de la Universidad Nacional de Singapur ha desarrollado un método novedoso para generar electricidad a partir de la caída de gotas de lluvia. La propuesta utiliza tubos delgados por donde el agua y burbujas de aire se alternan en un flujo que produce carga eléctrica, captada mediante cables en ambos extremos. Este avance representa un cambio en la forma tradicional de pensar sobre las energías renovables, alejándose de la dependencia de recursos geográficos específicos.
El prototipo probado en laboratorio, con tubos de apenas 1.8 milímetros de diámetro y 30 centímetros de largo, logró transformar cerca del 10% de la energía del agua en electricidad suficiente para encender varias luces LED. Este rendimiento resulta prometedor, sobre todo porque los ensayos se realizaron con volúmenes inferiores a los de una lluvia natural, lo que indica un alto potencial para escalabilidad en entornos reales.
A diferencia de las grandes hidroeléctricas, esta tecnología puede implementarse en cualquier lugar donde llueva, sin causar impactos ecológicos significativos ni requerir una infraestructura compleja. Además, su diseño liviano y adaptable permite integrarlo fácilmente en techos o edificaciones urbanas y rurales, promoviendo un modelo de generación eléctrica descentralizada y amigable con el medio ambiente.
El equipo de Singapur contempla combinar esta innovación con paneles solares, creando sistemas híbridos que aprovechen la energía tanto del sol como de la lluvia. Esto facilitaría un suministro energético más estable y continuo, especialmente en regiones con climas variables. Países y ciudades con alta pluviometría podrían beneficiarse ampliamente de esta solución, marcando un paso importante hacia la independencia energética y la reducción de emisiones contaminantes.