Los pronósticos energéticos para 2025 fueron modificados al alza por parte de analistas internacionales, quienes atribuyen este cambio principalmente al aumento de la inestabilidad en Oriente Medio. En un sondeo reciente, se estimó que el crudo Brent podría cotizarse en promedio en 67.86 dólares por barril, cifra superior a la estimación previa. En el caso del petróleo estadounidense, también se anticipa un incremento, con una media proyectada de 64.51 dólares por unidad.

La creciente tensión entre Irán e Israel, así como la intervención militar de Estados Unidos, han generado importantes fluctuaciones en los precios del crudo durante junio. A pesar de un breve respiro tras un cese al fuego, los mercados continúan operando con cautela. Especialistas consideran que la región permanecerá en un estado de incertidumbre, lo cual podría sostener la volatilidad en los precios durante los próximos meses.

Además del contexto geopolítico, los cambios en la política de producción de la OPEP+ han influido en las expectativas del mercado. El bloque anunció en mayo un incremento de 411 mil barriles diarios a partir de julio, acumulando más de 1.3 millones de barriles adicionales desde abril. Este aumento ha sido interpretado como una medida para estabilizar la oferta frente a las presiones internacionales, aunque algunos expertos advierten que podría afectar el equilibrio entre producción y demanda.

Respecto al consumo global, los analistas proyectan un crecimiento moderado de más de 730 mil barriles diarios para el próximo año. Aunque algunos factores, como el acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, podrían estimular la demanda, el panorama económico sigue siendo incierto. La evolución de la oferta y el contexto financiero mundial serán determinantes para la trayectoria futura del mercado energético.