La peor pesadilla que podía pasarle a los aficionados nacionales que acudieron al Gran Premio de Mexico ocurrió, tras la salida de Checo Pérez de la carrera principal apenas en la vuelta uno.

Una largada en la que los Red Bull se mostraron agresivos para quitarle la posición a los Ferrari. Verstappen lo logró al arrancar tercero, pero Checo pagó caro.

Justo al terminar la recta principal y encaminarse a la primera curva. Checo intentó rebasar a Leclerc por el exterior, pero el monegasco no cedió y terminaron por hacer contacto.

La peor parte la sacó el mexicano, al salir volando hacia el exterior de la pista y quedar rezagado al último lugar, debido a los daños que sufrió su auto.

Aún con esperanzas en el garaje, los mecánicos intentaron reparar el livery, pero no fue posible ponerlo en condiciones óptimas y el tapatío terminó por salir de la competencia.

La afición quedó desconsolada y el ánimo decayó considerablemente al no tener más al piloto de casa, aunque siguieron disfrutando de la competencia.

No hay peligro para Checo de perder el segundo lugar de la clasificación general, puesto que cuenta con 39 puntos de diferencia respecto a Hamilton, su más cercano perseguidor.

Sin embargo, la presión sobre él y sí debe seguir en Red Bull, se incrementa. Estará bajo la lupa con más notoriedad y los señalamientos desde el exterior, e incluso al interior de Red Bull, serán más evidentes.