titulo_columna
El Mirador
Redacción

Burócratas del SUTGE reciben más de 50 bonos

En términos legales les llaman “prestaciones” o “bonos”, pero en los hechos se trata de una serie de privilegios que gozan de manera indebida más de cinco mil trabajadores sindicalizados del gobierno del estado de San Luis Potosí y que no reciben burócratas de ninguna otra parte del país y mucho menos de alguna empresa mexicana.

Por una jornada laboral de ocho horas y cinco días a la semana, estos sindicalizados que representa la lideresa Bernardina Lara específicamente del SUTSGE, reciben bonos por múltiples conceptos que se fueron inventando al contentillo.

No conformes, estas “prestaciones” han ido aumentando sin ningún control y orden, por supuesto, ante la avenencia de los últimos gobernadores que cedieron a presiones, chantajes y plantones.

Se han vuelto en un pesado lastre para las finanzas públicas y para la ciudadanía en general, ya que ésta es la que con sus impuestos sostiene a una burocracia dorada que trabaja muy poco y de mala gana y recibe sueldos y bonos como si realizaran una labor extraordinaria, cuando en realidad rayan en el parasitismo social.

Como parte de la herencia maldita del gobierno de Juan Manuel Carreras López, actualmente los sindicalizados reciben siete bonos cada mes libre de paja y polvo:

Cada sindicalizado además de su sueldo recibe al mes de manera adicional $7,840 entre compensaciones mensuales, apoyo de servicios, apoyo para el transporte, previsión social, entre otros “bonos”

El apapacho de las finanzas estatales a la burocracia sindicalizada no tiene límites, está el “bono del día de las madres”, por el cual reciben 10 de mayo nada menos que $5,850; el “bono del día del padre” representan $5,350; y el premio “al mejor trabajador” recibe 30 días de su salario.

De los bonos anuales que reciben destaca el “navideño”, por el que se llevan  $8,650, el bono administrativo es de $7,750, de apoyo a la educación $7,000; del Fondo de Ahorro el siete por ciento, por el llamado “bono de equilibrio”, 20 días de salario, por el “bono ajuste calendario”, cinco días de salario; por el “bono por capacitación”, seis días de salario; por el “bono de fortalecimiento económico”, ocho días de salario.

Por el “bono anual por desempeño”, ocho días de salario; por “estímulo a la profesionalización”, siete días de salario; por el “bono anual de superación, seis días de salario y por si todo esto fuera poco, un “bono semestral” de ocho días de salario, y un “premio de puntualidad y asistencia” de dos días de salario.

Hay bonos “especiales, por el llamado “quinquenio”; el “Premio de Antigüedad” lo reciben los que han cumplido diez años en servicio, se les da 40 días de salario.

Otro de los privilegios de la burocracia dorada de San Luis Potosí, es la otorgación de becas a los hijos, por discapacidad, reciben $1,125; los que estudian primaria, secundaria y preparatoria reciben $800; los de licenciatura $575; apoyos de guardería para trabajadores de municipios, $1,000; apoyo de guardería $600; para los hijos que estudian una maestría se les otorgan $6,000 y a los de doctorado $4,000.

Para que se titulen los hijos de los sindicalizados se les da un apoyo de $15,000, además $4,000 para que el registro del título y la cédula profesional. Para que los de maestría se titulen, se les da $20,000 y a los de doctorado $25,000. Para compra de libros y útiles escolares para estudiantes de primaria hasta secundaria, reciben diversos montos.

Como los tiempos están cambiando, a nadie le parece justo que la administración estatal siga erogando cientos de millones de pesos al año para estos “bonos” de los sindicalizados cuya productividad es muy baja y los que atienden a la ciudadanía lo hacen de mala gana, crece la exigencia social de que estos recursos se reasignen para atender las necesidades de miles de potosinos que carecen de lo indispensable.

Ante el temor de que pierdan sus privilegios, las dirigentes sindicales mantienen un plantón en la Plaza de Armas como lo hicieron con los gobiernos pasados.