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El Mirador
Redacción

Arrastra SEER gravísimo problema en sector educativo

Desde que fue Secretario de Educación en el gobierno de Fernando Toranzo Fernández, Juan Manuel Carreras López utilizó su influencia ante el Sistema Educativo Estatal Regular (SEER) para acrecentar la cartera de prebendas y beneficios a personal sindicalizado para amarrar su apoyo en años posteriores, dejando con eso ahora un boquete financiero y una herencia de presiones al nuevo gobierno por parte de la base sindical instalada en el SEER.

Mientras un trabajador u obrero potosino tuvo que sobrevivir con el salario mínimo de 141.70 pesos diarios, 4 mil 251 pesos al mes, trabajando más de ocho horas diarias, prácticamente los siete días de la semana, los maestros y burócratas estatales gozaron durante el pasado año de una serie de prebendas en sus percepciones salariales, en algunos casos hasta ilógicos como lo fue los bonos de apoyo para transporte y de puntualidad, que exigieron y se les entregó, a pesar de tener cerca de dos años sin presentarse a laborar a consecuencia de la pandemia.

Son estos beneficios, que caen en los excesos y abuso, ofensivos para la gran mayoría de los potosinos, los que defiende los sindicatos de burócratas y magisterial, cuyos dirigentes, muchos de ellos enquistados en las organizaciones gremiales desde hace décadas, por los favores personales que obtienen, los que se niegan a dejar, los que defienden con uñas y dientes, utilizando, y en algunos casos manipulando, a sus agremiados.

Viendo las prestaciones que han obtenido, de administraciones anteriores que se han dejado presionar y chantajear, los dirigentes sindicales magisteriales y de burócratas no dudan en recurrir a acciones que afectan a terceros, a la ciudadanía en general, como son las manifestaciones, los bloqueos de vialidades y plantones, frente a edificios públicos, llegando incluso a impedir la entrada a quienes si se están presentando a cumplir con sus obligaciones de trabajo.

Bajo el argumento de que defienden sus conquistas sindicales y derechos laborales, los líderes sindicales exigen que se les mantengan los bonos y demás prestaciones, en algunos casos tan inadmisibles como la obligatoriedad del Gobierno del Estado para que se les entregue un regalo navideño, cada primera quincena de diciembre, como ocurre con los maestros de la Sección 52 del SNTE.

En la actualidad son los maestros y un gran número de empleados estatales los únicos que no se han reincorporado a sus fuentes laborales y los únicos que desde que se inició la cuarentena, en marzo del 2020, que han cobrado puntual e íntegramente su sueldo, además de prestaciones, tan absurdas, como el apoyo para transporte y bono de puntualidad sin acudir a las aulas ni a sus oficinas.

En el caso de las empresas, los obreros tuvieron que negociar con la parte patronal para que se les pagara parte de su sueldo, durante la cuarentena, en algunos casos solo el 50 por ciento y en otros nada más el 40 por ciento, y tienen meses que se reintegraron a las fábricas, mientras que los maestros y un gran porcentaje de burócratas, continúa en cuarentena, muchos de ellos efectivamente trabajando a distancia, pero otros sin hacer nada y cobrando puntualmente su quincena.

En el caso de los docentes adscritos a la Sección 52 del SNTE, de la primera quincena de enero al mes de diciembre del año pasado, recibieron, además de su salario normal 36 bonos o compensaciones por diferentes motivos, incluyendo un apoyo extra por el Día del Maestro, de más de seis mil pesos, y otro por el Día Mundial del Docente, por seis días de su salario integrado, más 90 días de aguinaldo y prima vacacional en el mes de diciembre.