ESPACIO LIBRE por Olga Omaña
Hace unos días vimos en redes la crítica que se generó cuando el presidente de México inauguró el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la sátira ni siquiera fue la obra o al ejecutivo, no, fue a las señoras que vendieron comida en ese espacio.
Criticaron el nivel del aeropuerto por los puestos que ahí había, cuando ni siquiera se informaron de por qué esas vendedoras estaban ahí y lo único que hicieron fue aprovechar su espacio.
Luego, con la recién entrega del Oscar, compararon al presidente de México, Andrés Manuel López, en un fotografía donde posa con el actor Damián Alcazar contra una imagen en donde está Eugenio Derbez junto a Tim Cook (Presidente de Apple).
Tras el comparativo, se lee repetidamente: Hay niveles.
¿Pero entonces qué le están criticando al presidente? Al parecer sus gustos y la gente que lo rodea por encima de su trabajo, lo que debería ser prioritario.
Pues algo similar pasa en San Luis Potosí.
Cuando recién nombraron electo al actual gobernador, entre los opositores demostraron su intolerancia y clasismo, por su puesto con la gente, comparando “como se supone que sería SL después del triunfo”.
La principal burla fue la conocida Feria de la Enchilada, evento que compararon podría reflejarse en la Fenapo, desde antes que el mandatario tomara posesión. Se burlaron de la gente que ponía sus puestos, de los grupos musicales que amenizarían, de cómo se “transformaría” en Estado.
Esas críticas fueron incluso ¡antes de la toma de posesión! Increíble la poca tolerancia y el nulo reconocimiento a la democracia, donde los conocidos opositores no soportaron la derrota con la que arrasó el actual mandatario estatal.
Algunos siguen sin concebir que una persona que no pertenecía a su círculo fuera a ser su gobernador. Pero lo más grave, se enfocan y atacan con temas clasistas, no por el trabajo, porque si de eso se tratara, por ahora se quedan sin argumentos, más luego de toda la evidencia que ha salido a relucir tras las opacas cuentas del anterior gobierno estatal.
En un siguiente episodio, muchos meses después, resurgió el proyecto Monterrey VI, donde San Luis Potosí le daría agua a la ciudad regia por medio de un proyecto que ductos que planea extraer el líquido del río Panuco.
Ante la negativa del gobierno, nuevamente salió a relucir en clasismo, más de parte de los regios a los potosinos que a la inversa, pues ante el enojo y negativa potosina de dar agua –que tampoco tiene el estado- los neoleoneses criticaron a los trabajadores de la Huasteca que viven en su ciudad y trabajan allá.
Incluso se burlaron de su forma de hablar y costumbres ¿por qué con la gente? Que principalmente ejerce además movilidad en su economía y una fuerza de trabajo en su favor. Se preocuparon primero por pelear y hacerse menos entre pobladores que en darse cuenta que sus anteriores gobiernos no procuraron el bien común de un servicio tan básico como el agua.
Como población, debemos entender que las clases sociales si bien representan un escaño en el nivel de vida, eso no nos da la reputación y nos hace más que otras personas, por lo que eliminar el clasismo de nuestra vida diaria podría ser un gran paso para construir una mejor sociedad.
Ser tolerancia y aceptar que si bien a los gobierno debemos criticarles y exigirles, esa crítica y exigencia debe ir enfocada al trabajo que realizan o no, pero no por un nivel económico de donde provienen.