Dicen que amor son acciones, no solo buenas palabras y en política, también podemos decir que, políticas sin recursos son simulación. Y las feministas lo sabemos bien, por ello en el año 2008 se impulsó, de la mano de las legisladoras que aquellos tiempos, la creación de un anexo específico para la igualdad entre mujeres y hombres hoy conocido como anexo 13.
Se creó para construir la igualdad entre mujeres y hombres en México a través de tres ejes; Erradicar la Violencia contra las mujeres; erradicar la discriminación de las mujeres y el tercero impulsar la igualdad entre mujeres y hombres.
Antes de la creación del anexo los presupuestos para el avance de las mujeres terminaban en una bolsa global donde se perdían, se usaban para cualquier otra cosa menos para los derechos de las mujeres o se convertían en cajas chicas de gobernadores y funcionarios, para evitar estas corruptelas es que se crea el anexo 13.
Por desgracia lo que hemos visto desde el año 2019 es una nueva versión de esta trampa.
Hoy el Anexo llamado Erogaciones para la Igualdad entre mujeres y hombres, dejó de ser el instrumento para los fines que fue construido, por dos razones fundamentales, la primera, porque el Ejecutivo Federal no entiende que existe una desigualdad estructural histórica de las mujeres que hay que subsanar y erradicar; la segunda porque las y los legisladores -que se supone tendrían que velar por nuestros intereses- le han permitido hacer del anexo 13 su nicho para los programas asistenciales.
Por eso aun cuando cada año hay un incremento en esta partida presupuestal, no quiere decir que realmente se está destinando para que la vida de las mujeres y niñas esté libre de violencia de discriminación y camine a la igualdad.
Pues los programas que están destinados a la igualdad de las mujeres en lugar de crecer se achican, y aumentan los recursos para los programas asistencialistas del gobierno federal que asegura votos y seguidores, pero no transforma la realidad de desigualdad que vivimos las mexicanas.
Dicho en lo general llegamos a la conclusión rápida que hay un desbalance entre los ejes, y lo siguiente que se nos viene es la pregunta ¿por qué?
Y la respuesta es porque en el eje de igualdad, el Ejecutivo Federal ha colocado los programas asistencialistas como Pensiones a adultos mayores, Jóvenes Escribiendo el Futuro; Jóvenes construyendo el futuro, estos desde 2019 y para este año se le agregaron los programas “La Escuela es Nuestra y Becas Benito Juárez”.
Es decir, se ha colocado una gran trampa, porque en términos brutos a nivel internacional e incluso nacional se puede decir que se aumentaron los recursos para las mujeres, aunque no sea cierto.
Porque si analizas los ejes para erradicar la violencia contra las mujeres vemos que no se alcanza los recursos con los que se contaban en 2018. Dos ejemplos lo sustentan los refugios para mujeres violentadas y sus hijas e hijos, tendrán un incremento del 0.04 por ciento después que en dos años no se le destinaron recursos dentro del anexo.
Es fantasía el presupuesto para la igualdad por donde quiera que se vea. Otro ejemplo de esta falacia es el programa Apoyo para niñas y niños de madres trabajadores, que sustituyó a las estancias infantiles, tiene en el 2023 un decremento del 4.5, es decir, que tampoco está cumpliendo el presidente ni con lo que él mismo dijo; de que no se dejaría en el desamparo a las niñas y niños.
Desenmascarar la trampa que encierra los números globales es muy importante para tener claro que se falta a la verdad y que lejos de erradicar la discriminación, la violencia contra mujeres y niñas y garantizar la igualdad, esto se sigue profundizando.