Cuando se destapó el caso de Gabriel Salazar Soto y los millonarios desvíos de recursos por parte de la Secretaría de Salud, la situación puso nerviosos a más de un funcionario en palacio de gobierno. De hecho, el mismo gobernador Juan Manuel Carreras López dio la orden de no tocar el tema los primeros días. Algo olía muy mal ahí.
TRANZAS CHICAS eran las que ocurrían en la Secretaría de Educación de Gobierno del Estado hace unos años con la “impresión de lonas” comparado con lo que ocurría bajo los auspicios de la titular de salud Mónica Liliana Rangel Martínez la contratación de “servicios” a la empresa de Gabo.
MÁS TRISTEZA debería darnos que todo el caso se supo porque varios potosinos alzaron la voz luego de ser defraudados con sus ahorros y pensiones, porque Gabo no solamente se enriquecía con el dinero del erario, sino también fregaba a las personas que con tanto esfuerzo invertían los afectados en sus fraudulentas empresas.
EL COLMO es que muchos dicen que las estafas eran mucho más notorias dentro de las empresas de Gabo, donde los empleados eran contratados y despedidos sin ton ni son y a muchos se les “daba las gracias”, sin finiquitos y hasta debiendo sus salarios.
NO NOS SORPRENDE de parte de la secretaria, ya desde antes este medio y muchos otros habían reportado “compras sospechosas” y “derroches” en cosas como escoltas que parecían completamente innecesarias. Y además, muy onerosas.
TÓMELO BAJO RESERVA, pero lo que se dice es que el escándalo no solamente concierne a la dependencia estatal, sino que podría involucrar a muchos funcionarios estatales más. Así como lo lee, las empresas de Gabo le servían para hacer negocios a varios funcionarios Carreristas.
PÁNICO es lo que despertó en palacio de gobierno las noticias, y la estrategia al principio fue hacerse de “oídos sordos” con la de “a ese señor no lo conocemos” pero cuando activistas les refutaron con pruebas en mano, se vinieron un desfilo de excusas y pretextos para dar risa.
Fue La organización civil "Ciudadanos Observando", la que acusó a la titular de Servicios de Salud de Gobierno del Estado, de mentir al asegurar que la dependencia a su cargo no ha contratado los servicios de las empresas, pues la organización contaba con documentos de los años 2018 y 2019 fecha en la que la dependencia estuvo contratando los servicios de Gabo y su hermano Alfonso Salazar Soto.
El vocero de la organización dijo que es necesaria la separación del cargo de Mónica Liliana Rangel Martínez de la Secretaría de Salud, para que se puedan esclarecer el tema del supuesto desvío de recursos de la dependencia a empresas fantasmas.
Se informó que en los meses de febrero y marzo del 2018, los Servicios de Salud pagaron a Gabriel Alan Salazar Soto un millón 985 mil 285 pesos mientras que su hermano, Jonathan Alfonso Salazar Soto cobró, en ese mismo periodo de tiempo, dos millones 80 mil pesos.
Información que enseguida fue desmentida por la Secretaria de Salud, pero un día más tarde se confirmó por ella misma.
TODAVÍA PEOR, las empresas del corrupto potosino desfilaban como patrocinadores de eventos deportivos donde también brillaban los logos del gobierno estatal y del alcalde panista de la capital Xavier Nava Palacios. ¿SERÁ QUE HABRÁ DESVÍOS TAMBIÉN DEL ERARIO MUNICIPAL? El tiempo y “la transparencia” nos lo dirán.