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Martha Navarro
El mundo de los introvertidos

¿La crisis de los 20’s?

A lo largo de nuestra vida, vamos contando y acumulando diversas experiencias que forjan nuestra personalidad, como también la manera en que resolvemos las crisis y manejamos los problemas; guardamos recuerdos de épocas en las que solíamos jugar con muñecas o carritos, la primera vez que nos gustó alguien, nuestro primer corazón roto, tus primeras amistades, tu recorrido escolar, cuando tuviste que escoger una carrera, llegar a la universidad, graduarte, conseguir trabajo, llegar a tus 25 y… ¿después qué?; pregunta que muchos jóvenes se cuestionan al ver en retroceso su vida.
La crisis de los veintes, fenómeno también conocido como “la crisis del cuarto de vida”, se presenta en jóvenes de 20 a 30 años, en la cual empieza un extenuante interrogatorio interno, donde llega la existencia de preguntas como: ¿Alcanzaré a cumplir mis sueños? ¿Cómo lograré una estabilidad económica? ¿Seré capaz de obtener mi independencia?, mismas preguntas que son acompañadas en la mayoría de los casos por una gran ansiedad y desorientación, según Byock en su libro, “Quaterlife: The Search for Self in Early Adulthood”.

Por un lado, existe la confusión de ya no ser un niño pero ver que te tratan todavía como uno; por otro, la comparación constante con los demás, que nos hace no valorar nuestros logros, como también el camino que poco a poco vamos forjando.

Sin embargo, la crisis de los veintes, puede ser diferente dependiendo del tipo de persona que atraviesa por ello. Byock, comparte que existen dos categorías en las que se divide a las personas: las de “estabilidad” y las de “significado”.

Las personas de “estabilidad” se identifican como aquellas firmes, que le dan un peso bastante importante a la sensación de seguridad; por lo regular su vida profesional es catalogada como exitosa y piensan mayormente en construir una familia, pero obteniendo así un sentimiento de vacío, en el cual se plantean si realmente, ¿todo se reduce a eso?.
Por otro lado, aquellos que se denominan como “los del significado”, suelen ser personas artísticas, con pasiones creativas e intensas, pero teniendo la dificultad de afrontar las actividades de la vida diaria, Byoc dice: “Se trata de las personas para las que hacer lo que la sociedad espera de ellas es tan abrumador y discortante con su propio sentido del yo, que parece que titubean con frecuencia”, ahora, ¿por qué es importante mencionar esto?... Lo sabremos más adelante…

Retomando, existen cuatro etapas por las que pasarán cada una de estas personas en la depresión de lo veintes; según el investigador Zilca en el artículo publicado en “HBR”.
En primer puesto, tenemos el sentirte “atrapado”. En esta fase, nos damos cuenta que existen responsabilidades, deberes y compromisos que debemos cumplir, como entablar una relación seria y formal, rentar o alquilar un departamento, decidir nuestra carrera profesional, entre otras cosas, es muy común contar con una sensación de angustia, en la cual, toda decisión parecerá no tener retorno.
En segundo lugar, “el abandono”. En muchas ocasiones, los adolescentes se sienten sumergidos en una “falsa madurez”, donde asumen ciertas responsabilidades pero no se perciben en su totalidad como adultos, es aquí donde deciden cortar con ciertos vínculos, ya sea de pareja, laborales, mudarse a una ciudad o país nuevo, volver a casa de sus padres…
Tercer puesto, y tal vez uno de los más difíciles, “la soledad”. Esta fase presenta fuertes depresiones relacionadas con el aislamiento, debido a la complejidad de afrontar los retos que conlleva la vida adulta,  sin embargo, aquí hay ventajas, como el renacer de la persona que atraviesa por esto.
Como cuarto y último lugar, se encuentra “el nuevo yo”. Aquí hay una evolución de la persona, y crecimiento, sale a la luz alguien completamente nuevo, con una visión mucho más clara de la realidad, lo que desea alcanzar y como planea hacerlo.

Con estas fases, también existen tips establecidos por “The New York Times”, que podemos utilizar para sobrellevar de mejor manera, “la crisis de los veinte”.
1. Tomate en serio. En este punto, es bueno tomar un pequeño tiempo para analizar donde estas parado en tu vida, como los intereses que tienes y cultivarlos si así lo deseas, como también no descartar hobbies y las cosas que te gustan, en resumen autoconocerte.
2. Se paciente. En muchas ocasiones, cuando cumplimos la mayoría de edad, tenemos la idea de que ya hay que tener un plan de vida estructurado, cuando en realidad, cada persona tiene un proceso completamente distinto, al igual que contextos diferentes, en este punto, los jóvenes deberían enfocarse más en tener metas a largo plazo, y no en recompensas instantáneas, cosas que ayuden a tu crecimiento personal.
3. Pregúntate que te falta. Anteriormente, mencionábamos que existen las personas de “estabilidad” y las del “significado”. ¿Recuerdan que hablaríamos de esto? Bien, en este apartado, se necesita precisamente identificar que área te toca trabajar y desarrollar para tener un equilibrio, si eres alguien de “estabilidad”, probablemente, te haga falta crecer en actividades que te brinden emoción, como tus pasiones o hobbies, cosas que le den un sentido a tu vida, mientras que por otro lado los del “significado” tendrán que crear rutinas estables que les puedan ofrecer seguridad.
4. Ponerte en modo Yoda. Suena un poco entraño, pero se trata de realizar y establecer hábitos que ayuden a mantenerte tranquilo y centrado, haciendo de esta manera que los cambios y transiciones, sean más fáciles de sobrellevar, un ejemplo es hacer ejercicio y comer más saludable.

Nadie dijo que esta etapa sería sencilla, puedes tener miedo e incertidumbre, no obstante, es algo por lo que todos necesitamos pasar para crecer y saber lo que queremos, como también paso a paso construir nuestro proyecto de vida, lo más importante es recordar que es un proceso en el que no estás solo, rodéate de amigos y personas que puedan auxiliarte cuando lo necesites, respira, céntrate en ti y da lo mejor que puedas.