¿Te ha pasado que cuando ves una película que tiene un final inconcluso, el suspenso de lo que habría pasado al final hace que te obsesiones con la película?
Este efecto tiene un nombre y se llama “Efecto Zeigarnik”.
El efecto Zeigarnik, podemos definirlo como un fenómeno en el cual nos es mucho más fácil almacenar en información nuestra memoria, relacionada a una actividad que quedó interrumpida o sin terminar que aquella que hemos finalizado.
En el siglo XX, la investigadora, psiquiatra y psicóloga soviética Bluma Zeigarnik estaba trabajando al lado de su compañero, el psicólogo Kurt Lewin; cuando en un restaurante a Lewis le interesó significativamente como los meseros parecían recordar con mucha más facilidad los pedidos de las mesas donde todavía no servían los platillos que de aquellas en las que la orden ya había sido entregada y pagada.
A partir de este pequeño suceso, Zeigarnik comenzó una línea de investigación, volviéndose famosa en el año 1927, con un experimento que pondría en el mapa al efecto Zeigarnik.
Este experimento constaba de una serie de 20 ejercicios matemáticos y manuales, que debían realizar una cantidad de voluntarios.
Para probar la teoría e investigación previa que tenía, en un momento determinado Zeigarnik pidió a los voluntarios que pararan, para después preguntarles uno por uno los ejercicios que recordaban, donde comprobó que la mayoría de los participantes podían recordar de forma mucho más sencilla aquellos que habían dejado a medias.
Según Kurt Lewis, en su teoría menciona que al estar finalizada una tarea se alivia la tensión, cosa que no sucede cuando esta misma actividad es interrumpida. La tensión que permanece provoca que el contenido sea recordado.
La relevancia del efecto Zeigarnik, radica en que posteriormente a que fue consolidado, muchos investigadores lo tomaron como base para distintos procesos de aprendizaje, gracias a este efecto se comprobó que en métodos de estudio, proporcionar pausas ayudaban a que la información quedará almacenada en el cerebro.
Además de esto, el efecto con el paso de los años se ha incorporado en diferentes ámbitos, entre ellos el cine, teniendo el ejemplo de las películas y series que nos dejan un final lleno de misterio, donde no conocemos a ciencia cierta el final; a su vez, también en el marketing y la publicidad, una prueba de ello, son las muestras de comida, donde te ofrecen una probada de cierto alimento, con la intención de que vayas a comprar y consumir más; incluso en las mismas relaciones humanas este fenómeno se hace presente.
El efecto Zeigarnik también afecta las actividades de nuestra vida cotidiana. Si existe una tarea o pendiente que no has finalizado, este efecto buscará hacerle saber a tu mente que hay algo que debes terminar, lo cual podría ser un punto bueno al momento de querer alcanzar un objetivo en específico o una meta que te has propuesto.
Esto también puede servir como método de organización, en el cual nuestro cerebro al ver que algo no ha sido concluido busca completarlo, creando una pequeña lista mental de lo que debemos hacer.
Pero, ¿qué opinas querido lector? ¿has pasado por algo así?