“Eso no es tan importante” “solo tienes que hacer como que estas bien y ya” “¿para qué vas a terapia si eso no funciona?”; estos son algunos de los comentarios que suelen escucharse cuando se trata de abordar temas de salud mental; sin embargo, ¿de dónde surge la importancia de prestar atención a esto?
A partir de la pandemia del COVID-19 en 2020, pudimos ver un cambio significativo respecto a la mentalidad de las personas en torno a esta temática, si bien, todavía sigue estando en la cabeza de muchos como algo innecesario, también con este evento se dió una gran apertura a entender el impacto que tenía en el estilo de vida de la gente.
En el año 2023, fue declarada la suspensión de la emergencia sanitaria del virus, y una vez traspasado esto, empezaron a hacerse evidentes los estragos que había dejado la pandemia en cuestión de salud mental, entre ellos; los ataques de ansiedad, los ataques de pánico, depresión, las tasas de suicidio y las situaciones de violencia.
La salud mental, puede tener definiciones diferentes; el Dr. en psicología e investigador Nicolás Campodónico, la define como: “los recursos que tienen todas las personas para afrontar diferentes problemas y situaciones cotidianas y no tan cotidianas”.
Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS), la expone como: “un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera, y aportar algo a su comunidad”.
Con estas pequeñas definiciones que te hemos compartido, empezamos a identificar también la relación que tiene nuestra salud mental con el entorno y nuestro cuerpo físico; a menudo se tiene la creencia de que lo que sucede en nuestra cabeza, no deja rastros en el organismo o en nuestra salud física, sin embargo, esto no puede estar más alejado de la realidad.
Un ejemplo de esto, lo vemos en la depresión, además de los síntomas ya conocidos como la falta de motivación o cansancio, la depresión también contribuye a un deterioro en nuestro sistema inmunológico, específicamente en las respuestas de las llamadas células T, que son las encargadas de protegernos ante cualquier infección o enfermedad, que al verse debilitadas, ocasiona que nuestra recuperación ante estas enfermedades sea mucho más lenta.
Y así como no tener un cuidado óptimo, puede plasmar consecuencias en el cuerpo, también una buena salud mental, puede verse reflejada en grandes beneficios físicos; entre algunos encontramos que nos ayuda a controlar nuestro nivel de azúcar en la sangre, favorece la calidad de sueño y previene la muerte prematura.
Si estás empezando en este camino de contribuir a tu salud mental, aquí te comparto algunos pasos declarados por la Unicef que podrán ayudarte en tu trayecto:
1. Escucha, siente y entiende tus emociones. No busques juzgar tus emociones, ni clasificarlas como buenas o malas, cada una tiene un mensaje importante para ti; por lo que reprimirlas solo generará que sigan estando atrapadas en tu cuerpo, a pesar de que sea un proceso incómodo en algunas ocasiones, dejar que fluyan y aceptarlas te hará sentir mejor.
2. Mantén un estilo de vida saludable. Comer de forma balanceada, así como realizar una actividad física 15 minutos diarios, y dormir en horarios adecuados, son hábitos que ayudarán enormemente en tu salud mental.
3. Centrate en ti. Es importante auto conocerte, saber lo que te gusta y hacer actividades que vayan de acuerdo a ello, ocupaciones que te apasionen y te inspiren.
4. Reconoce cuando necesites ayuda. Permítete ser vulnerable y pedir ayuda en tus redes de apoyo, tu familia, tus amigos, algún profesional; no siempre tienes que poder con todo, es importante comunicarte cuando sabes que es demasiado para ti.
5. Se amable contigo. No seas tan duro contigo, trata de tener en medida de lo posible un diálogo interno que pueda animarte y levantarte, una forma en la que puedes iniciar, es ponerte en la posición de tu mejor amigo. ¿cómo le hablarías a tu mejor amigo o a tu hermano pequeño? una vez que te respondas esto, aplícalo contigo mismo.
La salud mental es un aspecto enormemente significativo cuando hablamos de calidad de vida, nos permite afrontar las dificultades y el estrés, así como nos ayuda a nuestras relaciones interpersonales y a desarrollarnos en cualquier ámbito que deseemos, no subestimemos su poder, ni el poder que poseemos en nosotros mismos.