La generación Z, o como algunas otras personas le han llamado "generación de cristal", podemos agruparlas como el sector de la población nacida entre 1995 y 2011. Este término, que ha ganado popularidad en ciertos espacios generacionales, especialmente entre los "boomers", ha sido empleado para describir en algunas ocasiones a estos jóvenes de manera desfavorable. Pero, ¿por qué se les ha llamado así?
Esta etiqueta surge, debido a una particularidad muy marcada de esta generación; a muchos de estos jóvenes se les escucha externar de forma más sincera sus quejas y opiniones sobre ciertos temas que anteriormente eran considerados tabú, como la salud mental o las relaciones sociales, así como mostrar y hablar libremente de sus sentimientos y expresarlos, incluso aquellos que podrían hacerlos más vulnerables; esta honestidad y transparencia ha llevado a percibirlos como "débiles" o "poco tolerantes a la frustración".
El día de hoy, querido lector, profundizaremos más acerca de los mitos y realidades acerca de esta generación, las ventajas y beneficios que ha traído a la sociedad, y las posibles fallas y desafíos que han puesto en el mapa.
Es cierto que determinada cantidad de comentarios críticos de generaciones anteriores, contienen una parte de verdad, pero también es importante reconocer que muchos suelen abordar la realidad desde una perspectiva limitada. No consideran el contexto completo del por qué los jóvenes son como son, ni tampoco que a pesar de tener algunos puntos en contra, también la generación Z ha traído consigo cambios positivos significativos. Por ejemplo, que han puesto una mayor y especial atención en la importancia de la salud mental y su conexión con el bienestar físico, algo que generaciones previas no siempre valoraban adecuadamente. Además que han cuestionado y desafiado comportamientos homofóbicos y misóginos que antes eran normalizados, ayudando a revolucionar la manera de pensar de la sociedad.
Entre otros cambios que podríamos mencionar, se encuentran la aceptación y la apertura a la diversidad sexual, que aunque para algunos podría suponer que esta apertura implica una mayor actividad sexual, lo cierto es que, según datos del periódico Los Ángeles Times, la generación Z es la que menos relaciones sexuales tiene en comparación con generaciones anteriores. Además que consumen un 20% menos de alcohol, lo que plasma un comportamiento que resulta bastante interesante al observar los cambios de conducta de una generación a otra.
Otro punto importante a considerar al momento de hablar de la generación Z, es entender el contexto en el que crecieron, como lo comentamos al principio; a menudo se les etiqueta como personas "frágiles", sin considerar las circunstancias que han moldeado su comportamiento. Esta generación creció en una era de auge de las redes sociales, lo que si bien pudo proporcionar ventajas tecnológicas y nuevas formas de comunicación, también afectó su desarrollo emocional y social, además de crecer en un mundo marcado por drásticos cambios económicos, en donde, según el medio Publimetro, actualmente el 80% de las personas entre 20 y 40 años probablemente nunca podrá comprar una vivienda y a su vez, el diario El Financiero reporta que seis de cada diez mexicanos no tienen acceso a financiamiento para adquirir una propiedad. Estos factores han generado una incertidumbre económica que contribuye a niveles elevados de ansiedad en los jóvenes.
Sin embargo, no podemos ignorar que como toda generación, la Z también tiene puntos negativos y uno de ellos es su tendencia a buscar resultados inmediatos, lo que podría estar relacionado con una menor tolerancia a la frustración. Esta característica en particular, combinada con una cultura de inmediatez, puede generar expectativas poco realistas y dificultar la manera en que se enfrentan a situaciones complejas que requieren paciencia.
Sin duda, cada generación se ha encargado de dejar una huella en la historia y la sociedad, considero que la clave, está en apreciar los aprendizajes que cada una ha traído y quedarnos con las partes que puedan significar un aporte positivo, así como ir deslindando el prejuicio y en cambio, reemplazarlo por una apertura genuina ante nuevas formas de ver el mundo, buscando siempre una evolución en la sociedad hacia un lugar mejor.