Por Redacción Contra Réplica

La apropiación cultural en el entretenimiento: Un análisis de Disney y su influencia global

La controversia en torno a la representación cultural de Disney ha cobrado fuerza en los últimos años, evidenciando una tendencia de apropiación cultural que plantea importantes cuestiones sobre el respeto y la autenticidad.

Disney es una de las empresas de entretenimiento más grandes y reconocidas del mundo, fundada en 1923 por Walt Disney y Roy O. Disney bajo el nombre de Disney Brothers Cartoon Studio. Disney es el conglomerado de medios de comunicación más grande del mundo, pero en su repertorio el conflicto con la apropiación cultural se ha presentado en más de una ocasión. La película de Disney lanzada en 2002, titulada Lilo & Stitch ha sido criticada por su representación de la cultura hawaiana. Aunque Disney realizó investigaciones, incluyendo viajes a Hawái y el trabajo con consultores culturales, muchos críticos argumentan que la película simplifica elementos culturales complejos en un esfuerzo por entretener. El uso de canciones tradicionales, como "Aloha 'Oe", se presenta como un guiño a la cultura hawaiana, pero plantea la pregunta de si es adecuado que un contexto no hawaiano adopte música culturalmente significativa sin un entendimiento profundo de su significado.

Líderes nativos hawaianos han expresado su preocupación por el perpetuo estereotipo que se crea al reducir narrativas culturales ricas a meras comedias. Este fenómeno no solo afecta la percepción de la cultura hawaiana, sino que también refuerza un patrón más amplio en el que las narrativas polinesias son tratadas superficialmente por Disney, un tema que se repite en producciones como Moana. A pesar de los esfuerzos por mejorar la representación cultural, los críticos sostienen que todavía hay una falta de conexión genuina y respeto hacia las culturas representadas.

Otro caso emblemático es la película Coco, que explora el Día de los Muertos, una festividad cultural profundamente arraigada en la identidad mexicana. A pesar de que Coco ha sido aclamada por su representación del folclore y las tradiciones, el proceso de creación estuvo marcado por la controversia inicial en 2013, cuando Disney intentó patentar la frase "Día de los Muertos". Este intento fue percibido como un intento de monopolizar una celebración cultural esencial, lo que generó una reacción masiva y llevó a Disney a retirar su solicitud. Disney decidió retirar su solicitud de registro de la frase "Día de los Muertos" ante la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos (USPTO) tras la viralización del tema. Esta controversia se avivó después de que la compañía intentara registrar la misma frase en México en varias ocasiones, bajo el nombre "Disney Pixar Día de los Muertos", ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI).

El director de Coco, Lee Unkrich, aseguró que la película se haría con un enfoque que respetara las tradiciones, y en última instancia, la representación logró resonar positivamente entre las comunidades latinas. Sin embargo, persisten críticas sobre cómo esta narrativa puede distorsionar los elementos de la tradición, presentando una versión "americanizada" del Día de los Muertos. En 2013, Metacube, con sede en Guadalajara, estuvo trabajando en su largometraje "Día de los Muertos La Película" durante más de diez años, en ese entonces, la productora contrató a los abogados Alejandro Malacara y José Luis Ugalde, quienes se encargaron de proteger los derechos de propiedad intelectual de su obra. Ugalde subrayó que el derecho al título "Día de Muertos" se refiere a la protección de las marcas y la comercialización de la película, no a la denominación en sí. Este caso resalta la importancia de la propiedad intelectual en el ámbito del cine y el entretenimiento, especialmente cuando se trata de representaciones culturales significativas.

La famosa frase "Hakuna Matata", que se traduce como "no te angusties", popularizada por Disney en El Rey León, ha suscitado un debate similar. La frase se popularizó en 1982 gracias a la banda keniana Them Mushrooms, cuyo sencillo platino “Jambo Bwana (Hello, Mister)” tenía incluidas las palabras "Hakuna Matata"; pero fue hasta 1994 con el estreno de El Rey León que se dio a conocer por todo el mundo y llegó a convertirse en una minita de oro para Disney. Originaria del suajili, la frase ha sido objeto de una petición, por el activista Shelton Mpala, en Change.org, donde se acusa a Disney de comerciar con expresiones culturales ajenas sin el consentimiento de sus creadores. Este incidente resalta cómo las grandes corporaciones, como Disney, a menudo asumen un papel de propiedad sobre elementos culturales de otras naciones, sin reconocer su origen.

La preocupación por la apropiación cultural se entrelaza con el tema más amplio de la gentrificación y la influencia de Estados Unidos en el mundo. En muchas ciudades estadounidenses, los procesos de revitalización urbana han llevado al desplazamiento de comunidades históricas, alterando la demografía de los vecindarios e imponiendo nuevas normas culturales y económicas. Este fenómeno sugiere una creencia en que el estilo de vida estadounidense es el ideal que todos deberían aspirar a alcanzar, lo que se refleja en su forma de interactuar con diversas culturas.

Hablando del dominio cultural estadounidense éste se manifiesta no solo en el entretenimiento, sino también en su postura hacia asuntos globales, como la reforma judicial en México. Estados Unidos a menudo dicta normas y prácticas desde su perspectiva, promoviendo sus valores como universales y olvidando que cada nación tiene su propio contexto y sistemas que deben ser respetados. Esta intervención se percibe como paternalista, sugiriendo que la opinión de EE. UU. es necesaria para corregir lo que consideran fallas en otras naciones.

En conclusión, la relación de Disney con la cultura y la tradición plantea preguntas importantes sobre la apropiación cultural y el respeto hacia las comunidades representadas. A medida que el debate sobre la autenticidad y la propiedad cultural continúa, es esencial que se escuchen las voces de los pueblos originarios y se reconozca el valor de sus tradiciones en un mundo donde la cultura se ha convertido en un producto de consumo. La necesidad de proteger la propiedad intelectual y fomentar una representación auténtica son pasos vitales para garantizar que las culturas ricas y diversas no sean despojadas de su significado por corporaciones que buscan el entretenimiento a expensas de su contexto y profundidad.

Con información de Lanotadeldía.mx, The Anchor, Animal Político, GQ, Milenio, y Tomatazos.