Por Redacción Contra Réplica

Hello Kitty una tierna cincuentona llena de poder

Su rostro no tiene expresión, pero la fuerza de su diseño ha hecho que este personaje esté por cumplir medio siglo de vida.

Hace medio siglo, la diseñadora japonesa Yuko Shimizu creó un gato antropomorfizado con una mirada suave y soñadora para la empresa Sanrio. En aquel entonces, nadie podría haber predicho que el simpático personaje se convertiría en un fenómeno mundial.

Kitty White —el nombre real de Hello Kitty— “nació” el 1 de noviembre de 1974 en los suburbios de Londres. Según la leyenda de la empresa, pesa tanto como tres manzanas y mide lo mismo que cinco manzanas, y le encanta la tarta de manzana casera de su madre.

Algunos, quizás de forma polémica, dirán que, en realidad, no es un gato, sino una niña de dibujos animados que camina sobre dos patas, no sobre cuatro.

 

 

A diferencia de otros personajes de dibujos animados kawaii, que suelen ser expresivos, Hello Kitty no muestra emociones: ni siquiera tiene boca.

“La cara de Hello Kitty es un lienzo en blanco sobre el que cualquiera puede proyectar sus sentimientos”, dice el autor afincado en Tokio Andreas Neuenkirchen, que ha escrito un libro de no ficción sobre el popular personaje del gato. A pesar de esto, o quizás debido a esto, Kitty es la reina de este simpático y a veces cursi fenómeno cultural japonés.

Sanrio describe a Hello Kitty como “feliz y amigable”, características que atraen a personas de todo el mundo y hacen que el personaje sea popular en diferentes culturas. El hecho de que viva con su hermana gemela Mimmy y sus padres o que le guste hornear galletas no viene al caso.

“Mucha gente no conoce la historia y a mucha gente no le importa”, explicó la antropóloga Christine Yano en una entrevista con el LA Times. “Puedes darle una guitarra, puedes ponerla en un escenario, puedes retratarla tal como es. Ese vacío le da un atractivo para muchos tipos de personas”.

El gato de mil millones de dólares

El simpático personaje apareció por primera vez en un monedero de vinilo en 1975. Casi 50 años después, se puede encontrar (casi) en todas partes: en bolígrafos, ropa de cama o electrodomésticos de cocina, en colecciones de diseñadores exclusivos e incluso en aviones.

“No hay casi ningún país en el que Hello Kitty no esté presente”, afirma Neuenkirchen. Se trata de un negocio de mil millones de dólares para la empresa japonesa. “Sanrio ha convertido a Hello Kitty en una de las marcas con licencia de mayor éxito del mundo”, explica. “Cada mes, salen al mercado 600 productos nuevos y se retiran 600 antiguos”.

El éxito internacional de Hello Kitty se debe principalmente a su flexible estrategia de marketing, explica Neuenkirchen. “Mientras que empresas como Disney tienen un control estricto sobre los derechos de licencia, Sanrio es muy abierta en este sentido”.

En los más de 130 países en los que se venden productos de Hello Kitty, el diseño se puede adaptar al mercado local. “En Francia, por ejemplo, Hello Kitty se hizo popular cuando le salieron pestañas, mientras que en Italia se puede conseguir una botella de vino con la etiqueta de Hello Kitty, algo impensable en Japón”.

En pocas ocasiones esta flexibilidad ha resultado ser un desastre. Por ejemplo, cuando un masajeador de hombros con vibración con el nombre “vibrador de Hello Kitty” causó indignación en Sanrio y diversión en todo el mundo.

Una mezcla de nostalgia y feminismo

El hecho de que Hello Kitty naciera en Londres no tiene nada que ver con el público objetivo global, dice Neuenkirchen. “En los años 70, muchas niñas japonesas soñaban con el mundo occidental, en particular con Londres y París”.

La biografía fue creada para satisfacer los gustos de la época, como confirma la antropóloga Christine Yano: “Les encantaba la idea de Gran Bretaña. Era el epítome de una infancia idealizada”.

Ahora que son adultas, siguen adorando a la figura de culto. “Muchas mujeres que de niñas adoraban a Hello Kitty, la ven en productos para adultos”, dice Neuenkirchen. En los años 80, Yuko Yamaguchi, la tercera diseñadora de Kitty, consultó a los fans y descubrió que no querían dejar a su adorada figura en la infancia. “De ahí surgió la idea de desarrollar productos para adultos, una estrategia que sigue funcionando de forma brillante hasta el día de hoy”.

Su diseño sencillo es un activo. “Es muy inocente, así que no hay forma de que pueda causar controversia”, dice Neuenkirchen. Poco antes del 40 cumpleaños de Hello Kitty, el titular que dio la vuelta al mundo fue que en realidad no era un gato, lo que probablemente fue lo más impactante que los fans habían descubierto sobre el personaje.

Sanrio dio marcha atrás y explicó: “Si quieres ver un gato en Hello Kitty, puedes hacerlo, incluso si está mal”, dice Neuenkirchen. “Hay gente que la ve como un icono feminista, quizá por desafío o ironía. El mensaje es: ‘Puedo ser linda y fuerte al mismo tiempo’”. Quizá sea una forma de darle voz, ya sea humana o animal.

¿Hola Hollywood?

El 50 aniversario de Hello Kitty se celebra en todo el mundo: los influencers muestran sus productos de moda favoritos de Hello Kitty en las redes sociales, mientras que en Colonia, Alemania, los fans pueden sumergirse en un mundo rosa en el Supercandy Pop-Up Museum.

Sanrio incluso ha creado un nuevo sitio web en honor a Hello Kitty con una cronología de su vida y carrera.

Ahora que está a punto de cumplir 50 años, la expansión de Hello Kitty no parece frenarse y es posible que esté en camino a un área de negocio completamente nueva.

“Hace años que se habla de una gran película de Hello Kitty y, tras el éxito de Barbie y Super Mario, sería un paso lógico”, afirma Neuenkirchen. “Si Sanrio sigue siendo flexible y responde a las tendencias, Hello Kitty seguirá existiendo durante mucho tiempo. Queda por ver si esto se puede lograr con una película”.