Ricardo Scofidio, arquitecto neoyorquino y cofundador del estudio Diller Scofidio + Renfro, falleció este jueves a los 89 años, según informaron medios estadounidenses. Junto con su esposa, Elizabeth Diller, Scofidio dejó una huella imborrable en la arquitectura contemporánea, diseñando algunas de las estructuras más emblemáticas de ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Moscú.
El proyecto más conocido de la firma es el High Line, un parque elevado de 2.3 kilómetros construido sobre una antigua vía férrea en el lado oeste de Manhattan. Inaugurado en 2009, este espacio se ha convertido en uno de los destinos turísticos más populares de Nueva York, combinando diseño innovador con un enfoque sostenible. El High Line fue una colaboración con los arquitectos James Corner y Piet Oudolf, y su éxito ha inspirado proyectos similares en todo el mundo.
Scofidio y Diller se conocieron cuando él era su profesor en la Escuela de Arquitectura de Cooper Union. Juntos fundaron su estudio en 1979, destacándose por su enfoque conceptual y multidisciplinario. Entre sus obras más destacadas se encuentran la Alice Tully Hall en el Lincoln Center de Nueva York, el museo de arte The Broad en Los Ángeles y el Zaryadye Park, un parque urbano junto a la Plaza Roja de Moscú.
En 1999, Scofidio y Diller recibieron la prestigiosa beca “genio” de la Fundación MacArthur, convirtiéndose en los primeros arquitectos en obtener este reconocimiento. Su trabajo no solo transformó el paisaje urbano, sino que también desafió las convenciones tradicionales de la arquitectura, integrando arte, tecnología y diseño de manera innovadora.
El legado de Ricardo Scofidio perdura en los espacios que ayudó a crear, los cuales continúan inspirando a arquitectos, urbanistas y amantes del diseño en todo el mundo. Su visión y creatividad han dejado una marca indeleble en la arquitectura contemporánea, recordándonos el poder del diseño para transformar ciudades y mejorar la vida de las personas. Descanse en paz.